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Gestión Milei: salarios en caída y desigualdades crecientes

A un año de gestión de las actuales autoridades nacionales, los números dejan en evidencia una realidad preocupante para la clase trabajadora: el poder adquisitivo de los salarios ha sufrido un retroceso significativo. Según un análisis de la organización Fundar, los sectores más golpeados fueron los trabajadores no registrados y aquellos empleados en el ámbito estatal, cuyas pérdidas de ingresos reales se destacaron frente a otros sectores.

La caída generalizada del salario real osciló entre el 20% y el 30%, dependiendo del segmento laboral. En el caso de los trabajadores estatales, la disminución alcanzó un 22,1%, siendo los docentes universitarios los más afectados, con una reducción del 30% en su poder de compra. Por su parte, los trabajadores del sector privado en blanco experimentaron una merma del 12%, aunque con disparidades según el rubro: sectores como el bancario y el alimenticio lograron mitigar el impacto gracias a acuerdos paritarios, mientras que otros sufrieron pérdidas de hasta el 20%.

Estos datos se agravan al considerar el estancamiento del salario mínimo, vital y móvil. En las reuniones del Consejo del Salario, no se llegó a un consenso entre representantes de trabajadores y empleadores, dejando la decisión en manos del Ejecutivo. Como resultado, el salario mínimo acumuló una pérdida de valor del 28,2% en términos reales.

El panorama también es crítico para otros sectores vulnerables. Los jubilados, por ejemplo, enfrentan una caída del 14,3% en la jubilación mínima (incluyendo bonos) en comparación con el gobierno anterior. En tanto, los programas sociales muestran resultados mixtos: aunque la Asignación Universal por Hijo casi se duplicó, la Tarjeta Alimentar registró una caída real del 28%, lo que deriva en una disminución del 23,8% en los ingresos combinados de quienes reciben ambos beneficios.

Por último, el mercado laboral tampoco presenta señales alentadoras. Entre noviembre de 2023 y agosto de 2024, se registró la pérdida de más de 261.000 empleos, de acuerdo con datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo.

Estos indicadores reflejan una realidad difícil para los trabajadores, quienes enfrentan un contexto de ajuste económico y concentración de riquezas que profundiza las desigualdades. La narrativa oficial de «control inflacionario» y «reactivación económica» contrasta con los números, que muestran el peso de las dificultades en los bolsillos de la mayoría.

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