Los salarios registrados siguen por debajo de la inflación
En noviembre de 2024, los salarios formales lograron una recuperación en términos reales por séptimo mes consecutivo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), los haberes aumentaron un 3,1% frente a una inflación del 2,7%. Sin embargo, este logro no logró revertir la pérdida acumulada durante el primer año de gestión de Javier Milei, con una caída real del 5% en los ingresos de los trabajadores registrados.
Aunque los números parecen positivos en el papel, el consumo sigue mostrando un panorama crítico. Las ventas en supermercados cayeron un 7,6% interanual, reflejo de una desconexión entre los aumentos salariales y los gastos cotidianos de los argentinos. Este fenómeno se ve exacerbado por el impacto de los tarifazos en servicios públicos como luz, gas y transporte, elementos que el índice de precios al consumidor (IPC) actual no pondera adecuadamente, según advierte el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
Salarios en cifras: el contraste entre públicos y privados
Mientras que los trabajadores del sector privado lograron superar ligeramente la inflación de noviembre, los empleados públicos apenas lograron igualarla. En términos interanuales, los estatales enfrentaron una pérdida del 14,5% de su poder adquisitivo, mientras que los privados apenas recuperaron los niveles previos al inicio de la actual administración, situándose apenas un 0,5% por encima.
Por su parte, el ministerio de Economía destacó en redes sociales que los salarios acumularon un incremento del 138% en los primeros 11 meses del año, frente a una inflación del 112%. No obstante, este cálculo incluye a los trabajadores no registrados, cuyo análisis tiene un desfase temporal y está influido por la desaceleración inflacionaria de mitad de año, lo que podría distorsionar las cifras finales.
Una canasta desactualizada y la urgencia de repensar la inflación
El CEPA enfatizó que la metodología actual para medir la inflación no refleja con precisión los costos que enfrentan los hogares argentinos. Según el informe, si el IPC incorporara de manera más realista los aumentos en servicios públicos, el poder adquisitivo de los salarios no habría registrado una mejora en noviembre. “La inflación medida no coincide con el consumo real de los argentinos”, advierte el documento.
En línea con esta crítica, el titular del Indec, Marco Lavagna, subrayó la necesidad de actualizar la metodología del IPC para adaptarla a las nuevas dinámicas económicas del país. Sin embargo, esta propuesta ha generado tensiones dentro del gobierno, en un contexto donde el ajuste de tarifas sigue pesando fuertemente en los bolsillos de la población y obstaculiza la recuperación económica.
La desconexión entre los incrementos salariales y el consumo evidencia un problema de fondo que trasciende los datos mensuales. Mientras el crecimiento nominal de los ingresos sigue sin traducirse en una mejora tangible en la calidad de vida, el debate sobre la actualización de los indicadores económicos se posiciona como una tarea urgente para evitar una recuperación desigual y precaria.