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El satélite universitario de la UNLP cada vez más cerca del espacio

El USAT 1 es el primero de una serie de 5 CubeSat proyectados por la Facultad de Ingeniería. Es un pequeño satélite que mide 10 cm por 10 cm por 34 cm y pesa alrededor de 4 kilos. Su misión será la demostración tecnológica de técnicas científicas utilizando GNSS para la observación de la Tierra. Estas técnicas que utilizan señales GNSS permiten realizar observaciones atmosféricas (presión, temperatura, humedad), según su orientación, u observaciones del suelo (por ejemplo, humedad, altimetría, rugosidad del suelo, vegetación).

El equipo que lleva adelante la iniciativa está conformado por investigadores del Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) del Departamento de Ingeniería Aeroespacial y del grupo de Sistemas Electrónicos de Navegación y Telecomunicaciones (SENyT) del Departamento de Electrotecnia. Además, cuentan con la colaboración de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).

El decano de la Facultad de Ingeniería y director del CTA, Marcos Actis, resaltó que, en el exterior, un satélite de similares características tiene un costo aproximado de 200 mil dólares, mientras que el desarrollado localmente demandó una inversión que no supera los 70 mil dólares (aportes para la compra de materiales y el pago de becas de alumnos y graduados). “Proyectos como éste, y otros que tenemos de electromovilidad, son financiados con recursos propios que genera el Centro Tecnológico Aeroespacial a través de trabajos de transferencia”, afirmó.

Actis destacó el apoyo al proyecto por parte del presidente de la UNLP, Martín López Armengol, y del vicepresidente académico, Fernando Tauber. El servicio de lanzamiento del USAT 1 tiene un costo de 100 mil dólares, para lo cual la Universidad destinó un 75 por ciento de los fondos, mientras que el 25 por ciento restante se pagó con un subsidio otorgado por el anterior Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.

La ingeniera Sonia Botta, integrante del CTA y coordinadora del proyecto, contó que “estamos integrando todo el satélite con el hardware de vuelo, es decir, los componentes que van a volar, y haciendo pruebas de todos los sistemas en su conjunto. En conclusión, asegurándonos de que el satélite funciona completo”.

Según la ingeniera, hasta ahora los ensayos eran funcionales, pero se hacían por separado en lo que se denomina FlatSat. “El FlatSat es un banco de ensayos donde se interconectan las placas, pero en una configuración cómoda para ensayar. Ahora estamos integrándolo en la forma que realmente va a volar. Y una vez concluida esa etapa haremos los ensayos ambientales, fundamentalmente el de vibraciones”, relató.

El ensayo de vibraciones será una prueba fundamental para el satélite universitario debido a la complejidad del mismo. “Si el satélite se va a romper en algún momento es ahí. Es un momento crítico para todo el proceso de ensayos. Lo que hacemos es probar que el satélite esté bien, luego realizamos el ensayo de vibraciones, que es la peor condición que va a experimentar el satélite en su vida porque está preparado para soportar el lanzamiento y un poquito más, y después lo volvemos a probar para ver si sigue funcionando correctamente. Una vez que está aprobado le ponemos el moñito y se va para España”, graficó entusiasmada Botta.

Por su tamaño y las baterías de litio que contiene, el USAT 1 será traslado como equipaje de mano, cumpliendo con las regulaciones aeronáuticas. En España la empresa UARX integrará al satélite un dispensador, que es el dispositivo en el que volará el USAT 1. Desde allí será llevado a Estados Unidos para su lanzamiento por SpaceX.

“Es un proyecto de ingeniería muy importante y, como tal, siempre hay inconvenientes, pero después de tanto tiempo de trabajo empezamos a ver el satélite final”, expresó Botta, quien además manifestó las grandes expectativas de los integrantes del equipo de ver volar al USAT 1. Para la ingeniera será un acontecimiento muy importante.

Botta remarcó que el USAT 1 no es el primer satélite universitario de la Argentina, sino el primer CubeSat universitario del país. Como satélite universitario se ubicaría como el tercero, ya que previamente se construyeron el µSAT-1 Víctor (1996) y el Pehuensat-1 (2007).

A principios de diciembre de 2024 el CTA mandó a la empresa UARX, en España, un modelo de masas del USAT 1, el cual representa al satélite en masa y centro de gravedad. El mismo tiene, además, algunas propiedades estructurales para que pueda ser ensayado. “Este modelo se usa para colocarlo adentro del dispensador, el contenedor por así decirlo, que va a llevar al satélite al espacio y hacer pruebas equivalentes como si el USAT 1 estuviera realmente allí. Dentro del contenedor va a viajar más de un satélite, entonces esto se suele hacer para asegurarse de que no haya interferencias o desigualdades cuando se integre la configuración final”, explicó Botta.

La ingeniera señaló que fue un paso muy importante para los integrantes del proyecto “porque fue la primera vez que se integró un modelo equivalente al satélite completo y, por supuesto, es la primera vez que completamos un hito tan importante”.

Con el modelo de masas en España, el próximo será el modelo definitivo de vuelo.

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