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En CABA ganó la abstención y el desánimo político

La jornada electoral en la Ciudad de Buenos Aires evidenció, una vez más, el desencanto con la representación política tradicional: menos de la mitad de los porteños –apenas un 53 % del padrón– acudió a las urnas, la cifra más baja desde 2003. Esto implica que los porcentajes proclamados por cada espacio representan apenas a un fragmento de la población habilitada: el 30 % de los votos, por ejemplo, equivale a poco más del 15 % del total de empadronados.

En este contexto, la coalición liderada por Manuel Adorni se impuso con 496.145 sufragios, lo que supone un 30,13 % del total de votos válidos. A muy corta distancia quedó la lista encabezada por Leandro Santoro, con 449.919 voluntades (27,35 %). El oficialismo de PRO sufrió un duro revés, sumando 261.890 votos (15,92 %) y quedando relegado a un territorio prácticamente acotado al norte de la ciudad, donde históricamente residen los mayores conglomerados financieros y sedes de corporaciones extranjeras.

La fragmentación de la derecha se tornó visible durante toda la campaña tras la cancelación de las PASO: el PRO presentó dos nóminas, la propia, con Silvia Lospennato, y “Volvamos Buenos Aires”, con Horacio Rodríguez Larreta. Ni siquiera la afinidad ideológica con el gobierno de Javier Milei logró amalgamar esas candidaturas, que compitieron por conservar espacios en el ámbito legislativo porteño.

En contraste, el frente nacional y popular, bajo la marca “Es Ahora Buenos Aires”, logró imponerse en seis de las quince comunas, especialmente en el sur de la capital, donde reside la mayor proporción de trabajadores. Adorni ganó en nueve distritos, principalmente en las zonas vinculadas al puerto y al gran empresariado internacional. Esta distribución territorial grafica la polarización que atraviesa la ciudad.

Comparando con las elecciones de 2021, la derecha perdió más de 321.000 votos –una caída del 14,5 %– al pasar de 1.210.961 a 889.452 respaldos. El frente de Santoro, por su parte, retrocedió un 7,3 %. Lejos de confirmar un viraje popular hacia posturas conservadoras, estos números apuntan a un creciente rechazo a la oferta política tradicional y al desgaste de la democracia representativa.

Con este mapa electoral, la Legislatura porteña quedará compuesta de la siguiente manera: Ahora Buenos Aires sumará 20 bancas (con dos escaños nuevos), LLA cosechará 13 (cinco más que en 2021), PRO contará con 10 diputados (tres adicionales), el larretismo estrenará cinco legisladores, la UCR descenderá a cinco, la Izquierda mantendrá dos escaños y la Coalición Cívica tendrá uno, mientras otras fuerzas se repartirán cuatro lugares.

Leandro Santoro valoró la contundencia del voto popular: “Las urnas han hablado y han sellado un ciclo en esta Ciudad que tanto queremos. Nuestros principios de justicia e igualdad orientarán nuestra acción política en los años venideros. No vamos a permitir que la indiferencia y la crueldad se instalen como norma, y seguiremos tejiendo consensos para que la inclusión social sea la mayoría en Buenos Aires”.

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