La gente siente en sus compras que hay más inflación de la que dicen
Un sondeo nacional reciente puso en jaque la estrategia económica oficial y alimentó un clima de incertidumbre sobre el futuro inmediato. Según el informe de Opina Argentina, encabezado por Facundo Nejamkis, la mitad de los consultados espera que el tipo de cambio oficial experimente un nuevo ajuste al alza en los meses venideros, frente a apenas un 8 % que cree que podría descender.
En paralelo, la credibilidad del Índice de Precios al Consumidor del Indec quedó seriamente cuestionada: un 52 % de los encuestados desconfía de la variación oficial (1,6 % en junio), contraste marcado con el 2,1 % medido por privados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Incluso entre los votantes de La Libertad Avanza y del PRO, la desconfianza alcanza al 23 % y 21 %, respectivamente.
La sensación creciente es que la inflación no cede. Un 34 % de la población anticipa aumentos de precios durante los próximos meses —siete puntos más que en el relevamiento anterior—, mientras solo un 35 % confía en una baja sostenida, y un 26 % prevé estabilidad. Cuando se indagó sobre la afirmación oficial de que el problema inflacionario ya está superado, el 50 % respondió con un rotundo “no”.
Este clima de recelo se refleja en la valoración de la situación general del país: solo un 42 % considera que hoy Argentina está mejor que hace un año, frente a un 47 % que opina lo contrario. Opina Argentina advierte que una desaceleración moderada de precios podría no ser suficiente para contener el malestar social derivado de la pérdida de poder adquisitivo.
En el ámbito político, Axel Kicillof surgió como el principal referente del espacio kirchnerista-peronista, con un respaldo del 55 % entre quienes se identifican como oposición a la gestión de Milei. Juan Grabois reunió un 15 %, y Sergio Massa, un 6 %.
Por último, en términos de intención de voto a nivel nacional, La Libertad Avanza se mantiene al frente con 37 %, sin variaciones respecto a la ola anterior. El peronismo agrupa ahora un 32 % de las preferencias, mientras el PRO retrocede al 8 %. En varias provincias, una alianza entre LLA y el PRO podría consolidar al oficialismo, aunque las tensiones económicas y sociales se presentan como factores determinantes de cara a la contienda electoral.