Siguen bajando las ventas en los supermercados
El abrupto retiro de Carrefour tras 43 años de operaciones, con 17.000 empleados y presencia en 22 provincias, ilustra con crudeza el éxodo de gigantes comerciales que buscan márgenes más jugosos fuera de Argentina. Esta partida no es un hecho aislado, sino el síntoma de un mercado domesticado por la caída del poder adquisitivo y el creciente endeudamiento de los consumidores.
Según datos de la consultora Scentia, las ventas en supermercados y autoservicios independientes se desplomaron 2,4 % interanual en junio, acumulando un retroceso del 4,9 % en el primer semestre. A su vez, el INDEC reportó que los mayoristas sufrieron una baja de 3,2 % respecto a abril y de 2,9 % en comparación con el año anterior, mientras que el crecimiento en grandes cadenas apenas alcanzó el 0,5 % mensual.
El relevamiento oficial indagó también sobre las expectativas empresariales. Apenas el 6,8 % de los comerciantes calificó su situación como “buena” en junio; el 27,4 % la tildó de “mala” y el 65,8 % la evaluó como “normal”. Mirando al próximo trimestre, el 80 % prevé que las ventas permanecerán estancadas, el 4,1 % teme un empeoramiento y sólo el 15,1 % se atreve a ser optimista.
En términos de stock, un 21,9 % admitió contar con niveles de mercadería “por debajo de lo normal”, un 60,3 % con volúmenes “normales” y apenas un 17,8 % mantiene reservas superiores a lo habitual.
Este escenario de retracción en el consumo va de la mano con un endeudamiento creciente: un informe de la UBA muestra que el uso de tarjetas de crédito para adquirir alimentos y productos básicos pasó del 39 % al 47 % desde la asunción de Javier Milei. Así, la combinación de ventas a la baja, expectativas sombrías y consumidores cada vez más atrapados en el crédito configura un panorama que difícilmente atraiga nuevas inversiones ni revierta la fuga de capitales.