Editorial: Ludopatía
(Por Eduardo J. Bidegaray). La ludopatía infantil y juvenil es una preocupante adicción al juego que afecta a personas menores de edad. Aunque las apuestas online están prohibidas para menores de 18 años, la fácil accesibilidad a plataformas de juego en los teléfonos móviles, ha exacerbado este problema. El entorno digital, incluyendo redes sociales y juegos virtuales, se ha convertido en un terreno fértil para la ludopatía, y muchos jóvenes ahora manejan dinero real en sus prácticas de juego. La proliferación de casinos en línea y apuestas deportivas ha sido imparable, impulsada por una cultura de consumo y publicidad agresiva.
El reciente informe del Gobierno de la provincia de Buenos Aires revela cifras alarmantes: el 22,4% de los jóvenes usa el celular más de ocho horas diarias, el 26% lo hace más de cinco horas, y un preocupante 34% ha apostado al menos una vez en juegos online, con un 12,4% admitiendo apuestas frecuentes.
El Plan de Prevención y Tratamiento de la Ludopatía Adolescente lanzado por la Provincia es un paso alentador. Este plan involucra a las áreas de Salud, Educación, Seguridad, Justicia y la Lotería bonaerense en una estrategia integral para abordar el problema. Sin embargo, la intervención del Estado provincial, en un contexto de disminución de recursos a nivel nacional, plantea la duda sobre si será suficiente para contrarrestar el avance de la ludopatía.
La respuesta a esta crisis debe ser multisectorial. Las familias, el ámbito escolar y las instituciones deportivas tienen roles cruciales en la solución. Las familias deben fomentar un entorno de apoyo y vigilancia, las escuelas deben educar sobre los riesgos del juego, y las instituciones deportivas deben rechazar el patrocinio de plataformas de apuestas. La falta de acción efectiva a nivel nacional, con un gobierno que parece desinteresado en estos temas, solo añade complejidad a la crisis.
Es imperativo que todos los sectores implicados trabajen juntos para ofrecer soluciones efectivas. Esto incluye la implementación de campañas de concienciación dirigidas a los jóvenes y la creación de redes de apoyo que promuevan alternativas saludables al juego.
La ludopatía infantil y juvenil no es un problema que pueda ser ignorado; es una emergencia que exige acción inmediata y coordinada.