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Argentina se sigue endeudando para sostener la ficción financiera

La política económica del gobierno de Javier Milei parece haber creado un entorno ideal para que los grandes capitales multipliquen sus beneficios. Sin embargo, esta bonanza para los sectores especulativos contrasta con el impacto negativo que deja sobre el resto de la población: un aumento de la deuda pública, el saqueo de los recursos del país y el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores.

Uno de los mecanismos que están marcando esta tendencia es el auge del «carry trade», alimentado por la desaceleración en la devaluación del dólar y las atractivas tasas de interés en pesos. Esta combinación ha llevado a una creciente preferencia de los capitales de inversión por instrumentos financieros locales, que hoy garantizan una alta rentabilidad.

La primera licitación de deuda en pesos de 2025 fue considerada un «éxito» por el ministerio de Economía, al colocar 3,49 billones de pesos, superando con creces los vencimientos programados de 1,7 billones. Entre los títulos más demandados estuvieron las Lecap, con vencimiento en julio de 2025, que captaron 940.000 millones de pesos a una tasa efectiva mensual (TEM) del 2,27%, y los Boncap, con vencimiento en junio de 2026, que lograron recaudar 1,51 billones de pesos con una TEM del 2,15%. También destacaron los Boncer, ajustados por inflación y con vencimiento en marzo de 2027, que atrajeron 220.000 millones de pesos a una tasa interna de retorno efectiva anual del 7,62%.

No obstante, lo que el gobierno y los grandes jugadores del mercado celebran como un logro económico, implica un nuevo incremento de la deuda pública. La historia reciente de Argentina demuestra que este tipo de endeudamiento termina siendo un peso adicional sobre las espaldas de los trabajadores y las clases populares.

El modelo económico actual, centrado en el beneficio de los capitales especulativos, genera dudas sobre su sostenibilidad a largo plazo. Esta estabilidad precaria, como ocurrió en los años ’90, depende de la disponibilidad de dólares en las reservas que garanticen la salida de los capitales especulativos cuando decidan retirarse. Es en este contexto que el gobierno de Milei busca asegurar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener entre 11.000 y 13.000 millones de dólares frescos y refinanciar los vencimientos de los 44.000 millones de dólares del préstamo tomado en 2018.

Un próximo capítulo en estas negociaciones se escribirá este domingo, cuando Milei se reúna en Washington con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, durante un viaje que también incluye su presencia en la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

Mientras tanto, el modelo económico continúa mostrando quiénes son los principales beneficiarios y quiénes deberán enfrentar las consecuencias.

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