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El Conicet desarrolla una vacuna preventiva contra el Chagas

Especialistas del Conicet, liderados por Ana Rosa Pérez desde el Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (IDICER, CONICET-UNR), junto con el equipo del Laboratorio de Tecnología Inmunológica de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), encabezado por Iván Marcipar (foto), trabajan en el diseño de un prototipo de vacuna nasal para prevenir la enfermedad de Chagas. Este desarrollo, publicado recientemente en la prestigiosa revista Vaccines, representa un hito en la lucha contra esta enfermedad endémica de América Latina.

Un enfoque innovador para una dolencia crónica

En los ensayos preclínicos realizados en modelos animales, esta vacuna ha demostrado disminuir significativamente la inflamación cardíaca, las alteraciones electrocardiográficas y la miocarditis asociadas con la fase crónica de la enfermedad. Este enfoque es especialmente relevante, ya que la mayoría de los estudios se centran en la fase aguda, mientras que las consecuencias más graves, como la miocardiopatía chagásica crónica (MCC), afectan mayormente a adultos jóvenes en edad económicamente activa.

La enfermedad de Chagas, provocada por el parásito Trypanosoma cruzi, afecta principalmente al corazón, causando insuficiencia cardíaca e incluso muerte súbita”, explicó Pérez. Además, puede generar megavísceras (agrandamiento del colon o esófago) y alteraciones neurológicas, aunque en menor frecuencia. En Argentina, esta enfermedad afecta entre 1.5 y 2 millones de personas, siendo endémica en el norte del país, aunque también se detectan casos en zonas urbanas debido a la migración interna.

La ventaja de la vacuna nasal

Una de las características más prometedoras de la vacuna es su administración por vía nasal, lo que podría aumentar su aceptación y facilitar su aplicación masiva. Según Pérez, la vacuna está diseñada para ser preventiva, destinada a personas aún no infectadas. En paralelo, el equipo de Marcipar desarrolla una variante terapéutica que podría frenar la progresión de la enfermedad en quienes ya se encuentran en la fase crónica indeterminada.

A pesar de los avances, ambas vacunas aún se encuentran en la etapa preclínica y requieren financiamiento para avanzar a ensayos clínicos en humanos. “Es un camino largo, pero los resultados son prometedores”, comentó la investigadora, destacando que, aunque no logren una inmunidad esterilizante total, podrían reducir la gravedad de la enfermedad, disminuyendo la carga parasitaria.

Un llamado a la acción

La directora del IDICER subraya la necesidad de mayores esfuerzos en la detección temprana y la investigación de tratamientos innovadores. Actualmente, los medicamentos disponibles, desarrollados hace más de 70 años, son efectivos solo durante la fase aguda, que a menudo pasa desapercibida. “Es crucial avanzar en estrategias preventivas como esta vacuna para enfrentar el impacto social y sanitario del Chagas”, concluyó.

Este avance no solo representa un paso adelante en la lucha contra una enfermedad desatendida, sino también un ejemplo del impacto del trabajo conjunto entre instituciones científicas argentinas para transformar la realidad de miles de personas.

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