Las pymes en su peor momento
Un reciente sondeo de la Fundación Observatorio Pyme (FOP) revela que, en los primeros tres meses de 2025, el 42 % de las pequeñas y medianas firmas industriales percibe como amenaza la llegada de productos importados, cifra inédita en la serie histórica (supera incluso el 40 % de 2018 y el 39 % de 2016). Este nivel de inquietud se concentra principalmente en metalmecánica (60 % de las empresas encuestadas), textiles, confecciones, cuero y calzado (57 %) y la industria química (44 %).
Curiosamente, mientras las ventas reales de estas pymes ampliaron un 15 % interanual, la manufactura interna descendió un 3 % durante el mismo lapso. Según los especialistas, este desfasaje apunta a que varias compañías están optando por comercializar bienes terminados importados en lugar de impulsar su propia producción. “La gran incógnita es si el alza en la facturación se consolidará con un repunte productivo o si se mantendrá vinculado al reemplazo de mercadería nacional por extranjera”, advierte el informe.
La contracara de ese incremento en ventas es la caída del empleo: la plantilla laboral en la industria pyme se redujo un 5 % en el trimestre. A esto se suman otros desafíos: el 64 % de las empresas reportó una baja en sus ingresos, el 51 % afrontó mayores costos salariales y el 41 % sufrió subas en las materias primas.
Aunque el Gobierno intentó aliviar la presión quitando retenciones a las exportaciones de pymes (entre 3 % y 5 % para 3.800 compañías), esas medidas resultan insuficientes frente a la creciente apertura comercial. De hecho, la reciente reducción de aranceles para celulares y electrónicos coloca a la industria nacional en una posición aún más delicada.
En definitiva, el primer trimestre de 2025 deja en evidencia un escenario complejo para las pymes manufactureras: con mercados internos conquistados por productos foráneos, las fábricas enfrentan una doble amenaza que erosiona su capacidad de producir y mantener empleo.