Los salarios van muy por detrás del costo de vida
A medida que se consolidan nuevos datos del INDEC, se evidencia que los trabajadores formales han experimentado una pérdida real en sus ingresos, reflejada en una disminución del 0,3% por segundo mes consecutivo. En este contexto, los empleados del sector público han sufrido una merma mayor en comparación con sus pares del ámbito privado.
El informe indica que, durante enero de 2025, los sueldos registrados en relación de dependencia presentaron un aumento marginal del 2,3%, en contraste con el sector público, donde solo se registró un incremento del 0,9%. Sin embargo, estos incrementos parecen quedar muy por debajo de la evolución de los precios en la canasta básica, lo que impacta directamente en el poder adquisitivo de los laburantes.
En paralelo, la inflación ha seguido una tendencia ascendente, impulsada en gran parte por un alza significativa en el costo de los alimentos. Por ejemplo, durante marzo se registró un incremento del 3,8% en este rubro, con productos clave como la manteca, el pollo y el café que aumentaron hasta en un 20%, 14% y 7% respectivamente. Esta situación agrava la carga económica sobre quienes destinan una parte considerable de sus ingresos a cubrir necesidades básicas.
Al analizar los distintos sectores, se constata que, pese a que el índice de salarios registrados en el sector privado mostró un avance del 2,3%, el incremento en el sector no registrado fue aún mayor (8,6%), aunque con un desfase de seis meses. En consecuencia, a pesar de un aparente “empatado” entre salarios e inflación para algunos trabajadores, la realidad es que los ajustes salariales no alcanzan a compensar los aumentos en productos esenciales, lo que se traduce en una pérdida sustancial del poder de compra.
Diversos analistas vinculan la escalada inflacionaria a lo que describen como una guerra económica promovida por grandes grupos empresariales, que han sido señalados como los responsables de canalizar recursos desde los bolsillos de los trabajadores hacia sus propias arcas. En este sentido, se acusa al gobierno de Milei de actuar como un intermediario de dichos intereses, evidenciando una situación en la que la calidad de vida se ve comprometida por políticas orientadas a favorecer a monopolios y a restringir el acceso a bienes de primera necesidad.
Ante este panorama, expertos y sectores sociales hacen un llamado urgente a replantear las estrategias económicas. Proponen desarrollar un plan alternativo que permita revertir esta tendencia, basando las políticas públicas en las necesidades reales de la población y no en los intereses de grupos concentrados que, según se argumenta, están detrás de la actual crisis.
Foto: Página/12