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Para ATE, la baja de la inflación no se siente en el bolsillo

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reveló que la inflación de enero alcanzó un 2,2%, el nivel mensual más bajo desde julio de 2020. Este dato fue motivo de celebración para el presidente Javier Milei, quien difundió un video en redes sociales destacando la supuesta eficacia de sus políticas económicas.

No obstante, la reacción de distintos sectores ha sido de escepticismo. Rodolfo Aguiar, secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Nacional, manifestó:

«Aunque el presidente celebre estos números, la reducción de la inflación no se refleja en el bolsillo de los trabajadores».

Aguiar argumenta que la aparente contención de precios se ha logrado a costa de una recesión severa. Según cifras de la Secretaría de Trabajo, durante la actual gestión se han perdido cerca de 230.000 empleos en los sectores público y privado hasta noviembre. “Con tantos despidos, en público y en la mayoría de las áreas privadas, poco sirve que se baje la inflación si quienes deberían beneficiarse ni siquiera reciben salarios”, enfatizó el dirigente sindical.

El impacto de la devaluación también persiste en el poder adquisitivo de la población. Una gran parte de los salarios y las jubilaciones aún no ha recuperado el daño ocasionado por la depreciación de la moneda. Además, la mayoría de las negociaciones salariales concluyeron con aumentos inferiores a la evolución de los precios, dejando a muchos trabajadores en una posición de vulnerabilidad económica.

Por otra parte, la consultora Scentia reportó que en 2024 el consumo en supermercados y tiendas de barrio cayó un 13,9%, uno de los descensos más pronunciados en las últimas dos décadas. Este dato pone en evidencia la contracción del poder adquisitivo y la difícil situación que enfrentan numerosas familias.

Finalmente, empleados del INDEC señalaron que, para enero, el salario mínimo debería situarse en $1.616.148 para cubrir una «Canasta de Consumos Mínimos», en clara discrepancia con los ingresos actuales. Aguiar concluyó:

«El Gobierno se beneficia de seguir midiendo la evolución de los precios con una canasta que la mayoría de los especialistas considera desactualizada».

En medio de celebraciones oficiales y críticas sindicales, la polémica sobre la efectividad de las políticas económicas continúa, reflejando la compleja realidad del país.

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