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Día Nacional de la Ballena Franca Austral

El 25 de septiembre de 2002, la comunidad de Puerto Pirámides, en la provincia de Chubut, se unió para rescatar a un ejemplar juvenil de Ballena Franca Austral que había quedado enredada en las cadenas del fondeo de un catamarán de avistaje. Bautizada Garra, en homenaje a su resiliencia, desde entonces cada 25 de septiembre se celebra en su honor el Día Nacional de esta especie declarada Monumento Natural Nacional por Ley 23.094 de 1984, cuando el mayor peligro a la que estaba expuesta era la caza comercial.

Actualmente, una de las principales amenazas que se ciernen sobre ella –y sobre toda la fauna marina– son las tareas de búsqueda y producción de gas y petróleo en áreas oceánicas.

© Santiago Salimbeni / Greenpeace

Con una dimensión que oscila entre los 13 y los 16 metros, un peso de 40 toneladas (40.000 kilos) y una expectativa de vida de 50 años- aunque algunas han alcanzado los 100-, este animal, cuyo nombre es Eubalaena australis, no deja de sorprender. Es propio del Hemisferio Sur (de los 20° a los 60° de latitud en los océanos Pacífico sur, Atlántico sur e Índico sur) y una de sus principales características son sus áreas de piel elevadas -de apariencia callosa- que funcionan como huellas dactilares, ya que identifican a cada ballena durante toda su vida.

Son tranquilas, curiosas y nadan con lentitud (hasta 9 a 11 km/h) y para comunicarse saltan y dan golpes con sus aletas en el agua. Se trata de una especie única, cuya convivencia con el ser humano podría ser armoniosa si éste último no invadiera su hábitat de manera agresiva.

© Santiago Salimbeni / Greenpeace

Su presencia es fundamental, entre otras razones, porque tiene la capacidad de secuestrar carbono en su cuerpo, lo que contribuye a controlar el cambio climático, y su cuidado es clave, ya que su tasa de reproducción es muy lenta. Esta especie solo se encuentra en el Hemisferio Sur,, donde cría, cuida y amamanta a sus bebés.

Matías Arrigazzi, especialista en biodiversidad de Greenpeace sostuvo: “La Ballena Franca Austral ayuda a mantener el equilibrio del ecosistema marino, ya que por sus hábitos de alimentación colabora con la regulación de poblaciones de otras especies y, a su vez, los nutrientes de sus heces funcionan como fertilizante. Además, dado que se reproducen cada 3 años, sus poblaciones son muy vulnerables a los impactos generados por las actividades de las personas.”

A pesar de su imponente tamaño y longevidad, la ballena Franca Austral es una especie vulnerable debido a su lenta tasa de reproducción y a la interferencia humana en su hábitat. En particular, la contaminación acústica producida por las actividades humanas, como el tráfico marítimo y las exploraciones sísmicas, tiene un impacto devastador en estos cetáceos, que dependen del sonido para orientarse, comunicarse y alimentarse. Las colisiones con embarcaciones, otro riesgo creciente, pueden resultar fatales, especialmente para las crías.
Además, el cambio climático está alterando sus patrones migratorios y la disponibilidad de alimento, y la presencia de desechos plásticos en el océano representa una amenaza constante para su salud
. La combinación de estos factores crea un entorno hostil para una especie que, de por sí, ya tiene un ritmo de recuperación lento y frágil.

La protección de la Ballena Franca Austral es crucial no solo por su valor intrínseco, sino también por su papel en el equilibrio de los ecosistemas marinos. Cada ballena contribuye al secuestro de carbono y, por lo tanto, a la mitigación del cambio climático. Su presencia en las costas argentinas es un recordatorio de la necesidad de implementar políticas más estrictas para la conservación del ambiente marino.

“Estamos atravesando una crisis de biodiversidad en la que la extinción de especies se encuentra acelerada a causa de actividades humanas. Es necesario que tomemos conciencia antes de que sea demasiado tarde y exijamos que las actividades desarrolladas den prioridad a la protección del ambiente. Solo podremos cuidar a las ballenas si logramos que los océanos estén sanos y protegidos.”, agregó Arrigazzi.

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