Insólito: Milei celebra 1.400 despidos en el área de Salud
El presidente Javier Milei ha celebrado públicamente el despido de 1.400 trabajadores del ministerio de Salud bajo el pretexto de una supuesta «optimización de recursos humanos«. Esta medida, que forma parte de su controversial plan de ajuste, refleja un ataque frontal contra el sistema sanitario y evidencia la insensibilidad de su gestión hacia uno de los sectores más vulnerables de la sociedad.
En una publicación en la red social X, Milei acompañó el comunicado oficial con un mensaje lapidario: “AFUERA Seguimos con la motosierra… Fin”. Su tono desafiante y la frialdad de sus palabras provocaron una ola de críticas por parte de gremios, profesionales de la salud y representantes de la oposición, quienes calificaron la decisión como un atentado contra el derecho a la salud.
Un ajuste que golpea al sistema sanitario
El ministerio de Salud justificó los despidos bajo el argumento de “irregularidades en las contrataciones” realizadas durante la gestión anterior, así como de una presunta “duplicación de funciones”. Sin embargo, el trasfondo político es evidente: el gobierno utiliza la excusa de la reestructuración para desmantelar áreas clave y eliminar a profesionales idóneos, mientras fortalece su red de funcionarios alineados con su ideología.
Lejos de garantizar la transparencia prometida, esta medida desarticula servicios esenciales en instituciones como el Hospital Posadas, el Hospital Bonaparte, el Instituto Malbrán y el PAMI, entre otros. El impacto directo será un deterioro en la calidad y el alcance de la atención médica, especialmente para los sectores más vulnerables que dependen de la salud pública.
La política del desguace
En reiteradas declaraciones, Milei ha insistido en que su prioridad es “achicar el Estado” y eliminar a los supuestos “ñoquis” del sistema. Sin embargo, esta política de despidos masivos contrasta con las crecientes contrataciones en otras áreas del gobierno, lo que pone en duda la transparencia y la coherencia del discurso oficial.
La desvinculación de profesionales afecta no solo a quienes pierden su sustento, sino también a toda la estructura sanitaria del país. Mientras el gobierno centraliza su narrativa en la eficiencia, los hospitales y centros de atención se ven forzados a operar con recursos humanos insuficientes, dejando a la población desprotegida ante emergencias y necesidades básicas de salud.
Reacciones y resistencia
Organizaciones gremiales, médicos y trabajadores de la salud han manifestado su rechazo rotundo a este recorte. “Es un golpe al corazón de la salud pública”, denunciaron desde la Asociación de Médicos Municipales. Por su parte, sectores de la oposición anunciaron que presentarán recursos legales para frenar este ajuste y proteger a los trabajadores despedidos.
El ajuste de Milei en el ámbito de la salud expone una política de desguace que prioriza los intereses ideológicos por encima del bienestar de la población. El país enfrenta un retroceso alarmante en materia de derechos humanos y acceso a servicios esenciales, con un gobierno que celebra el recorte como si fuera un logro.
La motosierra, símbolo de su campaña, no solo corta presupuestos; destruye también la confianza en un sistema sanitario que debería ser un pilar de la sociedad.