Marcha de mujeres contras las políticas antigénero de Milei
En un ambiente de tensión y reclamo social, el Día Internacional de la Mujer se vivió con fuerza en Argentina este fin de semana. Manifestantes de distintos sectores, entre los que se contaron colectivos feministas, agrupaciones LGBT, sindicatos y organizaciones sociales, convergieron en una marcha que recorrió desde el Congreso hasta Plaza de Mayo. La convocatoria, impulsada por la Asamblea Antifascista Antirracista –la misma que organizó la movilización del 1° de febrero– reunió a quienes denuncian medidas de ajuste económico y políticas de saqueo que, según aseguran, han profundizado la precarización laboral y ampliado la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres.
En el trayecto, la acción tomó un carácter simbólico: una gigantesca pancarta extendida a lo largo de la concentración portaba el lema “Trabajadoras contra el hambre, el saqueo y la crueldad”, mientras otros grupos exhibían mensajes como “Antirracista, antifascista y anticapitalista”. Con el transcurso de la marcha, la presión ciudadana se intensificó hasta alcanzar las calles Rivadavia e Hipólito Yrigoyen, bordeando las vallas que protegen la Casa Rosada, marcando así el clímax de una jornada cargada de reivindicación.
Simultáneamente, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) dio a conocer un informe que expone alarmantes cifras sobre la desigualdad en el mercado laboral. Según el estudio, la tasa de actividad femenina en el tercer trimestre de 2024 se ubicó en 52,1%, en comparación con el 70,5% de los hombres, generando una brecha de 18,4 puntos porcentuales. El documento revela también que la desocupación entre las mujeres alcanzó el 7,9%, y que en el grupo de 14 a 29 años, la cifra asciende al 16,1% versus un 13,6% en varones. Además, la informalidad afecta en mayor medida a las mujeres (38,7% frente al 35% de los hombres), lo que incrementa su vulnerabilidad económica.
El informe profundiza en las disparidades salariales: se registra una brecha del 27,7% en ingresos personales –incrementada en 1,3 puntos respecto al año anterior– y una diferencia del 33,3% en el sector informal. La representación femenina es mínima en áreas de altos salarios, como la industria (25,5%) y la minería (9,4%), contrastando con su predominio en empleos mal remunerados, especialmente en el servicio doméstico, donde constituyen el 95,2% de la mano de obra. En materia patrimonial, los hombres son responsables del 67,2% del pago del Impuesto a los Bienes Personales, mientras que las mujeres sólo suman un 32,8%; situación similar se observa en el Impuesto a las Ganancias, en el que los varones representan el 75,4% del total gravado.
El mismo estudio evidencia que las políticas de género han sufrido severos recortes. Programas fundamentales –como la Moratoria Previsional, las Pensiones No Contributivas para Madres de siete o más hijos, y el Programa Acompañar– han sido reducidos drásticamente, mientras que la Educación Sexual Integral y la prevención del embarazo adolescente experimentaron disminuciones que rozan el 99% y el 94% respectivamente. Asimismo, en el ámbito laboral se eliminaron iniciativas destinadas a la formalización del empleo doméstico, lo que agrava aún más la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran muchas mujeres.
El gobierno, por su parte, emitió un comunicado en la red X en vísperas de la movilización, en el que se reivindicó el “combate frontal a la ideología woke” y se destacó que, bajo administraciones anteriores, los gastos en “perspectiva de género” habrían aumentado utilizando “el dinero de los argentinos de bien”. Esta declaración fue fuertemente criticada por diversos colectivos y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que calificó el mensaje de campaña de difamación y de intento de desprestigio hacia el movimiento feminista.
Ante lo que denominan un plan de saqueo y primarización impulsado por los monopolios anglo-yanki-sionistas, los participantes en la marcha denunciaron que estas políticas han convertido a seis de cada diez personas pobres en mujeres. Los recortes en programas esenciales, la reducción en salarios reales –22% en trabajadoras de casas particulares y 54% en las comunitarias–, y la inminente expiración de la moratoria previsional, que permitirá la jubilación de solo el 23% de las mujeres de 60 años, se suman a la lista de medidas que han puesto en jaque la autonomía económica y la subsistencia de miles de trabajadoras.
En declaraciones durante un diálogo radial, Leonor Cruz, secretaria de Género y Diversidad de la CTA-Autónoma, manifestó:
“Bloques sindicales, movimientos feministas y transfeministas volvemos a la calle en un contexto desolador, marcado por un gobierno que ajusta continuamente a la clase trabajadora, con un impacto particularmente devastador en las mujeres y diversidades”.
Con estas denuncias y cifras, la jornada del Día Internacional de la Mujer se convierte en un llamado urgente a superar un sistema que, según los organizadores, perpetúa relaciones de poder y explotación. Los sectores manifestantes subrayan la necesidad de construir un nuevo modelo basado en la cooperación y el respeto, que permita erradicar el patriarcado y la violencia de género, y garantice condiciones de vida dignas para todos.
Foto: La Izquierda Diario