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Crece la desaprobación de la gestión Milei

A días de las elecciones provinciales y legislativas, una reciente medición de la consultora Zuban Córdoba coloca al bolsillo como el eje central del descontento ciudadano. Con el lema “el bolsillo es el nuevo termómetro del descontento”, el relevamiento muestra que, pese a los indicios de desaceleración de la inflación, gran parte de los argentinos sigue sintiendo que no alcanza para cubrir sus gastos habituales.

Los días 16 y 17 de julio, con 1.400 entrevistas distribuidas a lo largo del país, se evaluó el ánimo social y político de cara a los comicios de septiembre y octubre. El resultado: más de la mitad de los encuestados considera que no existe un plan económico claro, y buena parte asocia la suba de precios tanto al peso como al dólar.

En cuanto a la percepción de su propia situación económica en los últimos seis meses, la mayoría afirmó estar igual o peor que antes, mientras que solo un puñado reconoció alguna mejora. A esto se suman emociones como el miedo a perder el empleo, la incertidumbre sobre el futuro y un marcado descreimiento en las autoridades.

Entre los hallazgos más elocuentes aparecen:

  • La imposibilidad de ahorrar: apenas una minoría consigue guardar algo al final de cada mes.
  • El traslado de la inflación al dólar: un porcentaje notable de consultados advierte que el alza de precios también impacta la cotización.
  • La desconfianza en los líderes oficiales: muchos creen que las principales figuras del gobierno no controlan la situación económica.

Al indagar sobre frases del debate público, hubo un consenso casi unánime –por encima del 80%– en que “no basta con que baje la inflación, necesitamos mejores sueldos”. Según Zuban Córdoba, estos índices no solo revelan una angustia económica, sino que anticipan un signo político profundo: la desaprobación al gobierno nacional aumenta y, con ella, el riesgo de protestas callejeras y cacerolazos.

Más del 60% de los participantes opina que la dirección del país está acentuando la desigualdad social, y muchos consideran viable que el malestar escale en las urnas o en la calle. Con la cuenta regresiva para las votaciones bonaerenses y nacionales, el estudio sugiere que las próximas decisiones de la Casa Rosada podrían ser determinantes para amortiguar o agravar este clima de tensión.

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