Tuvo fiebre hemorrágica y ahora salva a 50 personas por año
Analía tuvo esa enfermedad y hoy es una donante habitual. Esta semana se sumó a una campaña en redes de la Provincia que busca que otras y otros también donen de manera solidaria.
Analía Elena tiene un don especial, uno que la convierte en una verdadera heroína de carne y hueso. No lleva capa ni lucha contra villanos, pero su “superpoder” es tan valioso que podría salvar decenas de vidas cada año. Y lo sabe.
El plasma de su sangre es un tratamiento crucial para quienes padecen Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA), una enfermedad viral transmitida por un roedor y común en las zonas rurales de la provincia de Buenos Aires. Cada dos meses, con generosidad y compromiso, Analía dona esta parte de su sangre, sabiendo que con su gesto podría estar salvando la vida de hasta 50 personas al año.
Al igual que todas las personas que han superado la FHA, el plasma de Analía contiene anticuerpos contra el virus Junín, responsable de la enfermedad. Pero su caso es excepcional. Según explica Rodrigo Sosa, asesor del Instituto Provincial de Hemoterapia, mientras que un donante promedio tiene un “título” de 120 (una medida de la cantidad de anticuerpos), Analía sorprende con un título de 5.200. Este nivel extraordinario de anticuerpos permite que su donación pueda fraccionarse y tratar a muchos más pacientes que la de un donante común.
“Analía es una persona joven con altos títulos de anticuerpos, por lo tanto, su donación le salva la vida a entre 7 y 10 personas cada vez que dona, unas 50 por año”, comenta Alejandra Pazos, jefa del servicio de Hemoterapia del hospital Narciso López de Lanús, donde Analía realiza sus donaciones. Pazos también subraya la importancia de que quienes hayan superado la FHA se informen y consideren donar plasma, un procedimiento sencillo y sin dolor que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para muchos.
La historia de Analía comenzó cuando contrajo la FHA a los seis años en Acevedo, un pequeño pueblo rural cerca de Pergamino. Aunque no recuerda detalles de su tratamiento, sí sabe que se recuperó por completo, a diferencia de otros niños que no corrieron la misma suerte. Años más tarde, cuando vio un anuncio solicitando donantes de plasma en un diario de Pergamino, decidió hacerse un análisis de sangre. Fue entonces cuando descubrió su capacidad única.
Hoy, Analía es una donante habitual, y su historia se comparte en redes sociales del ministerio de Salud bonaerense para inspirar a otros a seguir su ejemplo. Porque, aunque no todos tienen un “superpoder” como el de Analía, cada donación de plasma tiene el poder de salvar vidas.
La ciencia argentina ha sido pionera en el tratamiento de la FHA. En 1971, el Dr. Julio Maiztegui demostró que la mortalidad de la enfermedad podía reducirse significativamente si se trataba tempranamente con plasma de personas que ya habían desarrollado anticuerpos. Este descubrimiento, publicado en la prestigiosa revista The Lancet, revolucionó el tratamiento de la enfermedad, y hoy sigue salvando vidas gracias a personas como Analía.
Además, existe una vacuna eficaz contra la FHA, la Candid #1, desarrollada también en Argentina y disponible de forma gratuita para quienes viven o trabajan en las áreas endémicas. Desde 2007, forma parte del Calendario Nacional de Vacunación, otro logro en la lucha contra esta enfermedad que demuestra que, con ciencia, solidaridad y compromiso, se pueden vencer los desafíos más difíciles.
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