Abrazo simbólico por el Hospital de Clínicas
En medio de un complejo escenario de recortes y deterioro de los servicios públicos, este jueves tuvo lugar una masiva manifestación en defensa del Hospital de Clínicas y los centros de salud dependientes de la Universidad de Buenos Aires (UBA). La movilización, que incluyó un abrazo simbólico al edificio histórico, reunió a integrantes de la comunidad educativa, pacientes, vecinos y trabajadores de la salud que expresaron su preocupación por el creciente desfinanciamiento que atraviesan estas instituciones.
La protesta no fue aislada. Se suma a una serie de reclamos que, en los últimos meses, han encabezado también trabajadores del Hospital Posadas y del Hospital Garrahan, denunciando la falta de recursos, el congelamiento salarial y el impacto que estas políticas tienen sobre la calidad de atención. El reclamo no es sólo económico, sino también por la defensa del derecho a la salud y la educación públicas, pilares fundamentales del sistema universitario argentino.
Durante el acto, el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, brindó un discurso en el que remarcó la falta de respuestas por parte del Gobierno nacional: “Desde la última actualización presupuestaria que recibió el sistema universitario nacional, pasó más de un año y en ese tiempo hubo una inflación acumulada del 70%. A pesar de eso, los hospitales universitarios no recibieron ni un solo peso de aumento”. Además, subrayó que la situación no afecta únicamente a médicos, sino también a docentes, residentes, investigadores, estudiantes y personal no docente.
Por su parte, el subdirector del Hospital de Clínicas, Juan Carlos Rodríguez, detalló cómo la crisis ya está impactando directamente sobre la atención médica: “Desde hace varios meses notamos una reducción del 30% en las cirugías programadas. Si no hay una actualización presupuestaria urgente, esta situación se va a agravar”. Advirtió que muchas prácticas esenciales corren riesgo de suspenderse, lo que afecta directamente a los sectores más vulnerables que dependen de estos servicios.
El reclamo se produce en un contexto de fuerte ajuste impulsado por el gobierno de Javier Milei, que prioriza los intereses de los grandes grupos económicos y aplica un modelo de gestión que deja afuera a las mayorías trabajadoras. En este marco, se evidencia una política de vaciamiento del Estado, donde la salud y la educación públicas pierden cada vez más recursos frente al avance de la privatización y la concentración empresarial.
El Hospital de Clínicas, al igual que otros centros de atención vinculados a universidades públicas, cumple una función vital como espacio de formación profesional, producción científica y, sobre todo, como prestador de salud de alta complejidad para miles de personas. Sin una inversión acorde, se pone en riesgo no solo la atención médica cotidiana, sino también la continuidad de un modelo sanitario inclusivo y accesible.
El abrazo simbólico fue una expresión de unidad frente a este escenario: una demostración colectiva de que la comunidad no está dispuesta a resignar derechos ni a aceptar el abandono de servicios esenciales. En palabras de quienes participaron, fue un llamado urgente a defender lo que tantos años costó construir: una salud y una educación públicas al servicio del pueblo.