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Homenaje al trabajo científico del Dr. Eduardo Braun Menéndez

En el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) se llevó a cabo un homenaje al Dr. Eduardo Braun Menéndez, investigador fundamental en el descubrimiento de la hipertensina —actualmente denominada angiotensina—, una hormona que cumple un rol clave en la regulación de la presión arterial y el equilibrio hídrico del organismo. Braun Menéndez fue también uno de los impulsores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) e integró el primer Directorio del organismo.

Durante el acto, el director del IBYME, Norberto Zwirner, destacó la relevancia del legado científico de Braun Menéndez y sostuvo: “Nos resulta de especial importancia rendir homenaje a uno de los grandes pilares de la ciencia argentina. Su temprana partida en 1959 significó una gran pérdida para la comunidad científica, y en particular para el Dr. Bernardo Houssay —Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1947 y fundador del CONICET—, con quien compartía una estrecha colaboración y una visión fundacional que dio origen al CONICET. Buscamos honrar su memoria, su legado y su contribución fundamental a la ciencia en nuestro país”.

Y agregó: “Entre sus logros científicos, no podemos dejar de destacar que el Dr. Eduardo Braun Menéndez (que fuera colega de otro de nuestros Premios Nobel en ciencias, el Dr. Luis Federico Leloir) lideró el equipo que descubrió la hipertensina (posteriormente renombrada como angiotensina), y cuya modulación farmacológica con medicamentos tales como el enalapril permite desde hace años el tratamiento de la hipertensión. Casualmente el sábado pasado (17 de mayo) se conmemoró el día mundial de la hipertensión”.

Luego, el Dr. Alejandro De Nicola —exalumno del homenajeado e investigador superior del CONICET— trazó un breve recorrido de la trayectoria académica de Braun Menéndez, haciendo especial foco en el descubrimiento de la angiotensina a fines de la de la década del ‘30.

De Nicola relató que, bajo la dirección de Bernardo Houssay, entre 1932 y 1934, Braun Menéndez realizó los experimentos que fueron la base de su tesis doctoral, titulada “Influencia del diencéfalo y la hipófisis sobre la presión arterial”, que le valió el premio Facultad de Medicina de la UBA. Además, contó que el científico argentino participó de la creación del CONICET, el CEMIC y la UCA, y fue fundador y director del IBYME.

El científico señaló en su presentación, que cuando él estudiaba medicina, en los años ’50, pudo conocer a Braun Menéndez, porque el prestigioso científico creó una comisión especial para aquellos alumnos que quisieran saber algo más de fisiología. “Nos llevaba al séptimo piso de la facultad, el instituto de fisiología y nos mostraba algunos experimentos en perros”, contó.

“Tanto me interesó que me enrolé la cátedra del como ayudante honorario, todavía tengo la carta con su firma. Ahí hacíamos algunas demostraciones a los alumnos sobre el automatismo del corazón aislado de sapo. Desde el principio Braun Menéndez trató de inculcar la investigación científica y los experimentos entre los estudiantes”, relató De Nicola.

En relación al descubrimiento de la angiotensina, De Nicola relató que, a partir de equipos conformados por Houssay, en 1939 Braun Menéndez logró aislar un compuesto de la sangre que producía una hipertensión arterial muy importante cuando se inyectaba a los animales (tanto en ratas como en perros) a la que denominó hipertensina. Sin embargo, ese mismo año, Irvin Page, en Estados Unidos, consiguió aislar la misma sustancia y la llamó angiotonina.

“Como era la misma sustancia con dos nombres diferentes, en un encuentro que se organizó en la ciudad de Michigan, al cual acudieron tanto Braun Menéndez como Page, ambos acordaron llamarla angiotensina. Se trató de un pacto de caballeros. Realmente fue algo espectacular que dos eminencias que se dieran la mano y no compitieran”, afirmó De Nicola. Finalmente, ambos investigadores publicaron un artículo de manera conjunta en Science, uno de las revistas científicas de mayor prestigio a nivel internacional.

La exposición de De Nicola también se ocupó de dar cuenta de las contribuciones de otros investigadores argentinos a la comprensión y tratamiento de la hipertensión arterial, a la que llamó the silent killer (la asesina silenciosa): Miguel Ondettí (quien fue responsable de aislar y sintetizar, a partir de veneno de víboras, el captopril, molécula que inhibe una enzima importante en la formación de la angiotensina II); Finkelman y Nahmod (quienes, desde el Instituto Lanari, describieron un sistema renina-angiotensina cerebral que intervine en el desarrollo de la hipertensión neurogénica) y Juan María Saavedra (que mapeó los receptores de angiotensina II en el cerebro).

A modo de conclusión, el investigador del CONICET expresó: “La historia de la angiotensina me resulta fascinante, mágica y única, tiene un final feliz porque nos ha enseñado los mecanismos de fisiopatogénicos de la hipertensión arterial y nos ha señalado las soluciones terapéuticas. Gran parte de esta historia se la debemos al homenajeado de hoy, el profesor Euardo Braun Menéndez”.

Finalmente, Elena Braun Menéndez, hija del científico reconocido brindó unas emotivas palabras.

Como parte del reconocimiento, se acondicionó una sala de reuniones que lleva el nombre “Dr. Braun Menéndez”. Dicha sala se modernizó gracias al apoyo de la Fundación “Honorio Bigand” y la Fundación “Cherny”. La sala cuenta con una intervención artística de la Dra. Patricia Saragüeta. Del evento participaron la vicepresidenta de Asuntos Científicos del CONICET, Claudia Capurro; familiares del científico homenajeado, miembros de la comunidad científica del IBYME, integrantes de la Fundación Honorio Bigand, de la Fundación René Barón, de la Fundación Williams, de la Fundación Cherny, de la Fundación Bunge y Born, de la Fundación Sales, de la Fundación Andreani y del Museo Houssay.

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