Dengue: ¿vacunar o no vacunar?
Especialista en virología de la UBA aclara cuestiones básicas sobre cómo la vacuna contra el dengue ayudaría a controlar la transmisión del virus.
El virus Dengue representa el principal agente viral transmitido por mosquitos, convirtiéndose en un problema de salud en todo el mundo, con más de 2.500 millones de personas viviendo en zonas con riesgo de contraer la enfermedad.
Según la organización mundial de la salud, se estima que anualmente ocurren 390.000.000 infecciones, de las cuales aproximadamente 96 millones se manifiestan clínicamente.
En nuestro país las epidemias del Dengue suelen iniciar en las primeras semanas del año y el mayor número de casos se detectan entre finales de abril y principio de mayo.
Sin embargo, la epidemia del año 2024 se anticipó y los primeros casos comenzaron a ocurrir a finales del año 2023, según el último Boletín Epidemiológico Nacional.
Se han descrito cuatro serotipos del virus Dengue, y la infección con uno de estos no protege contra los otros por lo que el individuo continúa siendo susceptible a una segunda infección. Es la razón por la cual el principal objetivo de la vacuna es inducir una respuesta inmunitaria, humoral y celular, contra los cuatro serotipos del virus del dengue.
Asimismo, la mayoría de las infecciones primarias por dengue son asintomáticas o subclínicas por lo cual muchos individuos desconocen haberla cursado. Para saber si un individuo estuvo previamente infectado por el virus puede realizarse el dosaje de anticuerpos de tipo IgG. Independientemente del resultado, la persona podrá tomar la decisión de vacunarse o no.
Cuando vacunarse contra el Dengue
“Si bien la vacuna aprobada por el ANMAT no ha sido incluida en el calendario nacional, no vacunarse implica un mayor riesgo de infectarse y/o presentar un curso más severo de la infección que aquellos que se hayan vacunado. Es por esto que está dirigida a la población en riesgo de desarrollar un curso severo si contraen la infección”, explicó Diego Flichman, profesor adjunto de la Cátedra de Virología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.
Inicialmente se aplica en regiones de alta incidencia y en personas que previamente hayan contraído la infección, ya que las segundas infecciones, con un serotipo diferente al primero, tienen mayor riesgo de desarrollar un curso clínico severo.
La vacuna fue aprobada para individuos entre 4 y 60 años de edad y el esquema de vacunación comprende dos dosis administradas con 3 meses de diferencia.
En la actualidad no se estableció la necesidad de recibir un refuerzo de la vacuna luego del esquema inicial de dos dosis. Tratándose de una vacuna de reciente implementación, el seguimiento en el tiempo determinará la duración de su protección.
Entre las reacciones notificadas con mayor frecuencia luego de vacunarse se encuentran irritabilidad, fiebre, dolor en el lugar de inyección y disminución del apetito, somnolencia y eritema en el lugar de inyección.
“Por otra parte, es una vacuna a virus atenuado y está contraindicada en personas con inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. También debe posponerse en sujetos que padecen alguna enfermedad febril grave aguda o en el caso de estar cursando una infección por el virus Dengue. Sin embargo, la presencia de una infección leve, como un resfriado, no debe suponer el aplazamiento de la vacunación”, aclaró Flichman.