Diputados le dio la espalda a las universidades
En una muestra más del alcance del frente ideológico de La Libertad Avanza y el PRO, sumando los venales y los oportunistas, la Cámara de Diputados bendijo el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario.
En una votación reñida que generó gran expectativa hasta el último instante, la Cámara de Diputados aprobó el veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario. Con un total de 85 votos, la mayoría oficialista y «vestida de oficialista» logró asegurar el tercio requerido, mientras que la oposición, a pesar de contar con 159 apoyos entre diferentes bloques, no logró revertir la decisión.
La votación mostró una división clara en la cámara: mientras la coalición de Milei se afianzó con el apoyo de legisladores del PRO, Creo y algunos radicales, la oposición, que incluía a Unión por la Patria, gran parte de la UCR, la Coalición Cívica y el Frente de Izquierda, se vio frustrada en su intento de mantener la norma que aseguraba recursos para las universidades.
El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, ejerció su derecho a voto, añadiendo un matiz inesperado a la contienda. Por otro lado, la abstención de los cuatro diputados misioneros y de Pablo Cervi, sumada a las ocho ausencias, dejó a la oposición sin el número necesario para insistir con la ley.
La provincia de Buenos Aires cuenta con 70 de las 257 bancas que componen el cuerpo legislativo. 22 legisladores votaron en contra de la Ley -es decir, respaldaron el veto-, mientras que 48 diputados y diputadas provinciales se manifestaron a favor de la Ley, en contra del veto de Milei. Un dato a destacar es que, a diferencia de la sesión en la que se votó la Ley de Financiamiento a las Universidades, no hubo diputados bonaerenses ausentes. Tampoco hubo «panqueques», ya que los legisladores se comportaron de la misma forma a la que habían tenido durante la discusión del proyecto de ley en el recinto.
Este veto se enmarca en un contexto de creciente preocupación sobre el futuro de la educación en el país. La decisión del gobierno de Milei, respaldada por los sectores más liberales, refleja una postura clara contra el financiamiento estatal de la educación pública, que ha sido históricamente un pilar de la inclusión y la equidad en el acceso al conocimiento.
La falta de apoyo para la Ley de Financiamiento Universitario pone de manifiesto un desinterés alarmante por parte del oficialismo hacia la educación superior, lo que podría tener repercusiones negativas en la calidad y la accesibilidad de la formación académica en Argentina. Mientras la oposición intenta encontrar formas de reactivar el debate y exigir la inversión en educación, el gobierno parece decidido a priorizar otros sectores, dejando a las universidades en una situación precaria.
Este desenlace es un claro indicador de las prioridades de la administración actual y plantea serias interrogantes sobre el rumbo que tomará el sistema educativo en el país en los próximos años. La batalla por la educación apenas comienza, y el futuro de las instituciones de enseñanza superior dependerá de la capacidad de la oposición para articular una respuesta efectiva ante el veto que hoy se ha consumado.