Discapacidad

Saña contra la discapacidad: disuelven la ANDIS

En una decisión comunicada en la víspera de Año Nuevo, el jefe de Gabinete Manuel Adorni anunció la disolución de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), generando alarma, desconfianza y convocatorias de protesta entre organizaciones de personas con discapacidad y familias de todo el país. La medida —y el timing elegido para su anuncio— fue interpretada por referentes sociales como un golpe que profundiza la incertidumbre sobre prestaciones, puestos de trabajo y accesos básicos para un colectivo ya vulnerado por recortes y burocracia.

La fecha no pudo ser mejor elegida para provocar angustia a miles de familias”, plantea el tono que recorrió las redes y los grupos de autoconvocatoria. Más allá de la aclaración oficial de que la ANDIS quedará dentro del ministerio de Salud y de que no se recortarán pensiones —mensaje que no alcanzó a calmar a las organizaciones—, la sensación predominante entre activistas es la de un nuevo embate contra derechos ya frágiles.

Nuestro efecto es generar desolación en el espíritu”, dijo Néstor Saracho —cineasta, cooperativista, referente de Orgullo Disca e integrante de la asamblea Discas en Lucha—, quien describió el anuncio como “desmoralizante”. “Pero si nos quedamos llorando nos van a ganar ellos. Hay que activar en la calle, no por Whatsapp, y ya estamos organizando acciones los días 3 de cada mes”, añadió.

Del atropello a la militancia
La voz de Saracho sintetiza una historia personal y colectiva. Nacido y formado en Villa Corina, con un largo recorrido en movimientos cooperativos y ambientales, Saracho perdió una pierna tras un atropello en 2018 que también costó la vida a Gladys Romano, vecina y delegada de ATE. Su reconstrucción personal y política implicó además la militancia por la accesibilidad y la defensa de bienes comunes: desde la recuperación de la costa del Río de la Plata en Quilmes y Avellaneda hasta campañas por la accesibilidad del transporte público.

Su relato incluye episodios de precariedad en la salud pública —“en el Hospital Iriarte tenías que llevar hasta gasas”— y la lucha extensa para obtener trámites básicos. Aún hoy, pese a haber completado recientemente el trámite del Certificado Único de Discapacidad, Saracho no percibe una pensión por discapacidad: deberá esperar una junta evaluadora que confirme la amputación, un trámite que a su juicio revela la lentitud y la arbitrariedad de los procesos administrativos.

Movilización y calendario de protestas
La respuesta del colectivo fue rápida y organizada. La convocatoria de la Asamblea Discas en Lucha y Orgullo Disca se articula alrededor del 3 de cada mes —inspirada en el 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad— como jornada de “afectividades” para visibilizar problemas concretos, en especial la accesibilidad del transporte público.

El sábado 3 de enero la cita será en la estación Berazategui del tren Roca: concentración a las 17:30, inicio de la acción a las 18 y finalización prevista a las 19. La actividad combinará reclamos por accesibilidad y por la calidad del agua —“que el agua no sea un asco”, rezan las banderas— y empalma reclamos sociales y ambientales. El 3 de marzo de 2026, a las 17:30, se realizará otra intervención en la estación Bernal que se sumará a una caminata por la costa recuperada en Quilmes y Avellaneda, a ocho años del atropello que marcó la vida de Saracho y la de su comunidad.

Críticas al discurso oficial y a la visibilización mediática
Los activistas acusan al Gobierno de lanzar narrativas estigmatizantes. “Adorni sigue diciendo lo de los animales o lo de que hay gente muerta que cobra pensiones”, afirmó Saracho, quien calificó esas afirmaciones como falsas y dañinas para un colectivo que, subraya, ya enfrenta discriminación y desamparo. “Los muertos no pueden ir a cobrar”, dijo en defensa de los beneficiarios y en repudio a los argumentos oficiales que, según él, buscan justificar la medida.

La tensión se extiende también al interior de la propia ANDIS: Saracho reconoce la existencia de pasajes de burocracia que le afectaron personalmente, pero insiste en la necesidad de defender la agencia y los puestos de trabajo que cumplen funciones críticas para la protección de derechos. “Hay que defender la ANDIS y los puestos que cumplen un rol importante”, afirmó, aun cuando recuerde episodios personales de maltrato administrativo.

Voces que resumen la emergencia
El malestar se escucha en testimonios como el de Valentina, mamá de un chico con TEA: “Sabemos no bajar los brazos”. Y en la intervención de Gonza Giles, cuyo mensaje sintetiza la furia de quienes pagan la cuenta: “El famoso 3 por ciento no es una cifra, es un símbolo. El símbolo de un gobierno que se enriquece mientras miles de familias hacen malabares para pagar una sesión de terapia o ir hasta el hospital. Eso no es error. Eso es crueldad planificada”.

Ante la disolución anunciada, las organizaciones pidieron además que se garantice la continuidad plena de prestaciones y la defensa de los puestos de trabajo; reclamaron, asimismo, que cualquier cambio organizativo sea discutido con las organizaciones representativas del sector y cuente con protocolos claros que eviten la interrupción de servicios esenciales.

El Estado, la burocracia y la vida cotidiana
La decisión de disolver la ANDIS, y la gestión comunicacional que la acompañó, dejó al descubierto un conflicto central: la tensión entre decisiones administrativas y la vida cotidiana de miles de familias que dependen de prestaciones, accesos y acompañamiento. Para muchos de ellos la novedad no fue solo técnica: fue, en palabras de Saracho, un mensaje que “desmoraliza” y obliga a poner en la calle la defensa de derechos básicos.

Mientras se esperan precisiones oficiales sobre la implementación del cambio y garantías concretas sobre pensiones y prestaciones, el movimiento disca promete no bajar la guardia. “Podemos llorar —dice Saracho—, pero además activamos en la calle”. Y así lo harán, desde el 3 de enero en adelante, con banderas, fanzines y la agenda de quienes sostienen la defensa cotidiana de la dignidad.

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