Editorial: 44 años de Prensa Chica
Con la presente edición, Prensa Chica cumple 44 años de edición ininterrumpida en la región. Toca hacerlo en un contexto adverso por la situación económica que atraviesa el país, sumado a una animadversión manifiesta contra las voces disidentes en general y con el periodismo en particular, por parte de los funcionarios nacionales.
Nacimos en plena dictadura cívico militar que ensombreció el país entre 1976 y 1983, con la intención de hacer periodismo local y regional, pero también de abrir las páginas a plumas que resaltasen y defendiesen los valores democráticos, conculcados por aquellos días. Ya lo señaló en otro editorial Gustavo Merli, el actual director periodístico, cuando recordaba que “bajo la dirección de César Espigares Moreno, su fundador, se luchó para recuperar lo que tanto anhelábamos. La respuesta, como no podía ser de otra forma, se hizo ver en forma de violencia. Una bomba destruyó el portal de nuestra redacción en la vieja casona de la calle 25 de Mayo, sin conseguir que los objetivos variaran”. Así como se luchó para esa recuperación democrática, que llegaría tres años después de nuestra primera edición, también se cimentó ese logro de toda la ciudadanía, en los años subsiguientes.
En ese recorrido histórico de ciento de ediciones, pasaron por nuestras páginas las muchas voces y de distintos signos, pero que siempre tuvieran como valores éticos inalterables la irrestricta defensa de la democracia y sus instituciones. Entre ellas, la del doctor Raúl Ricardo Alfonsín en varias oportunidades, luego de dejar la primera investidura del país, la que recordamos con enorme orgullo.
No son tiempos fáciles los actuales. La sociedad se está reconfigurando en torno a un fenómeno político que viene con ansias de estigmatizar a quienes no piensen como ellos, arrasar las instituciones, de ser necesario, para alcanzar sus objetivos, insultar a diestra y siniestra degradando la convivencia democrática y cercenar las expresiones disidentes, con cuanto medio tenga a su alcance.
Como bien lo ha monitoreado y expresado el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), “al cumplirse 100 días desde que Javier Milei asumió la Presidencia de la Nación, el Monitoreo de Libertad de Expresión de FOPEA reveló que 4 de cada 10 agresiones a periodistas y a medios de comunicación, tuvieron origen en el jefe de Estado o en sus ministros. Transcurridos 30 días, las expresiones insultantes y agraviantes del Presidente de la Nación hacia periodistas y medios de comunicación mantienen un nivel que contradice la obligación constitucional de garantizar la libertad de expresión, tanto en su nivel individual como en su dimensión colectiva”.
No es ésta una defensa corporativa del periodismo, sino la defensa de una de las herramientas más valiosas que tiene la ciudadanía para apuntalar el sistema institucional democrático. El periodismo de calidad es fundamental para enriquecer el diálogo público en una sociedad democrática y para facilitar el intercambio de información, opiniones e ideas mediante la investigación, corroboración y difusión, siempre con el objetivo de promover el interés común.
No debiéramos naturalizar, por reiterado, el uso sistemático de agravios hacia periodistas, calificándolos de “ensobrados”, “comprados”, “mentirosos”, “corruptos”, “extorsionadores”, cuando no adhieren al pensamiento único que pretenden imponerle a una sociedad ya acostumbrada a vivir civilizadamente en las disidencias y opiniones enfrentadas, porque de eso se trata la libertad que tanto esgrimen, sin practicarla.
Estos 44 años años ya vividos por Prensa Chica, nos encuentra en esta realidad, pero con el reafirmado espíritu democrático con el que nacimos como medio de prensa regional. Nos enorgullece lo hecho y nos enorgullece sentirnos con la convicción, desde nuestro humilde lugar, de seguir luchando por una libertad de expresión irrestricta, que los argentinos nos merecemos como sociedad.
La Redacción de Prensa Chica.