El gobierno de Milei retrocede en la interpretación histórica
En una nueva muestra de su revisionismo reaccionario, el gobierno de Javier Milei eligió conmemorar el Día del Respeto por la Diversidad Cultural con un video institucional que reivindica abiertamente la Conquista de América como “el inicio de la civilización, el orden y el progreso” en el continente. Con tono épico y estética de propaganda, la pieza difundida por redes oficiales vuelve a instalar el viejo dilema sarmientino de “civilización o barbarie”, donde Europa representa la luz del mundo y los pueblos originarios, la oscuridad previa a su llegada.
El mensaje —que en cualquier manual de historia crítica podría servir como ejemplo de negacionismo colonial— sostiene que el 12 de octubre de 1492 “Cristóbal Colón llegó a América iniciando una de las gestas más trascendentales de la historia: el comienzo de un proceso de civilización, orden y progreso”. De un plumazo, el gobierno borra siglos de historia, saberes y culturas que florecieron en este territorio mucho antes de que las carabelas tocaran tierra.
La “civilización” de los vencedores
El texto oficial insiste en que Colón “supo enfrentar el caos” y que al llegar “encontró pueblos enfrentados y rituales sangrientos, señales de un mundo sumido en la barbarie”. Detrás de esa retórica hay algo más que ignorancia histórica: hay una operación ideológica. Lo que se reivindica no es el supuesto avance de la “civilización”, sino la conquista económica, la subordinación política y la imposición violenta de las relaciones capitalistas sobre sociedades que vivían según otros modos de organización.
El video continúa exaltando la “fe cristiana”, el “derecho” y los “valores occidentales” como cimientos del progreso, y remata con un llamado a “honrar el legado de la civilización occidental porque sin raíces no hay futuro”. Un discurso que, bajo apariencia de homenaje, legitima el saqueo histórico sobre el que se construyeron las élites que hoy gobiernan.
El espejo colonial del presente
No se trata de un desliz comunicacional. La reivindicación de Colón encaja perfectamente en la narrativa del oficialismo libertario, que presenta toda forma de resistencia popular como un obstáculo al “orden” y a la “libertad” entendida como privilegio de los grandes capitales. El video no es un homenaje al pasado, sino una justificación del presente: la misma lógica de conquista que arrasó culturas enteras sigue hoy vigente en forma de extractivismo, privatizaciones y ajuste.
Bajo la bandera del progreso, ayer se impuso la cruz y la espada; hoy, el mercado y el FMI. Ayer se despojaba a los pueblos originarios de sus tierras; hoy, se entrega el litio, el petróleo y el agua a los mismos intereses extranjeros que se disfrazan de “inversión”.
Las verdaderas raíces
“Sin raíces no hay futuro”, dice el video. Pero las raíces de este continente no están en las coronas europeas ni en los bancos del norte. Están en las comunidades que resistieron la invasión, en los gauchos federales, en los obreros e inmigrantes que pelearon por derechos y soberanía. Esa es la verdadera civilización que nació en Nuestra América: la de los pueblos que no se resignaron al mandato del amo.
A más de cinco siglos de la Conquista, el gobierno de Milei vuelve a pararse del lado equivocado de la historia. Y no por ignorancia, sino por convicción. En su relato, la civilización no es más que la continuidad del saqueo, y la barbarie, todo lo que se resiste a ser colonizado.