Encuentro para pensar una política de desendeudamiento
Organizaciones sociales, trabajadoras del cuidado y sectores populares de todo el país denunciaron el ahogo financiero de las familias
Las primeras Jornadas del Encuentro Federal por una Política de Desendeudamiento reunieron a representantes de todas las provincias, organizaciones sociales, docentes, cuidadoras y trabajadoras de la economía del cuidado para poner en común una realidad que ya no puede leerse como un problema individual: el endeudamiento se ha vuelto estructural y es parte de un mecanismo de subordinación económica. Frente a recortes, pérdida de derechos y ausencia de políticas públicas, las familias se ven obligadas a contraer deudas para cubrir gastos básicos, mientras sectores concentrados se apropian de la riqueza que falta en los hogares.
Los participantes coincidieron en que el sobreendeudamiento no es un accidente: es funcional a un modelo que necesita a la población dependiente del crédito para sostener la extracción de recursos y la transferencia de ingresos hacia los grandes grupos económicos. En ese marco, se señaló con dureza a bancos públicos y privados, financieras, billeteras virtuales y plataformas fintech como “motores del sobreendeudamiento y del hostigamiento cotidiano de las familias”. La jornada planteó una lectura política clara: la desregulación impulsada por el gobierno deja a las familias desprotegidas frente a un sistema financiero sin contrapesos.
Durante las jornadas se presentó el informe Discapacidad y Endeudamiento – Encuesta Federal 2025, que expone con crudeza cómo la pérdida de prestaciones, terapias y beneficios empuja a los hogares a endeudarse para sostener la vida cotidiana. El estudio subraya que las deudas no nacen por consumos prescindibles, sino por alimentos, medicamentos, tratamientos médicos y urgencias de salud, y que en los hogares donde hay una persona con discapacidad el porcentaje de endeudamiento alcanza el 88%. Más de la mitad de esas familias recibió llamados de cobranza; muchas relataron prácticas de hostigamiento que agravan la situación de hogares con altos niveles de dependencia.
La socióloga Luci Cavallero sintetizó el diagnóstico que resonó en las jornadas: “Lo más grave es que distintas entidades financieras están operando con la misma lógica de usura que los prestamistas privados. Frente al sobreendeudamiento no están ofreciendo alivio, están profundizando el ahogo”. Esa afirmación condensó la denuncia central: el sistema financiero, en su conjunto, reproduce lógicas de presión y lucro que no contemplan mecanismos efectivos de protección ni soluciones de alivio para las familias en crisis.
El impacto va más allá de la economía doméstica: el informe registra que el 87% de las personas encuestadas reporta ansiedad, angustia, insomnio o estrés físico. Los testimonios recogidos en las jornadas describen noches sin descanso, decisiones imposibles entre pagar una terapia o comprar alimentos, y el desgaste de convivir con el hostigamiento de cobranzas. Para las trabajadoras de la economía del cuidado y las familias con dependencias, la deuda es una condena que profundiza la desigualdad y la precariedad.
Las organizaciones participantes reclamaron medidas urgentes: moratorias y reestructuraciones de deuda con criterios sociales; mecanismos de protección frente a prácticas abusivas de cobranza; regulación efectiva de fintech y plataformas de crédito; y la restitución de prestaciones y servicios para quienes dependen de terapias y prestaciones. El mensaje fue contundente: no se trata solo de asistencia puntual, sino de una política de desendeudamiento que recupere la soberanía económica y priorice la vida por sobre los intereses de los monopolios financieros.

