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Frío e indigencia: ¿qué hacen los municipios?

De manera notoria, el paisaje urbano se ha ido poblando, en los últimos meses, de los nuevos indigentes que la economía libertaria ha ido expulsando del sistema. Colchones bajo puentes o en cualquier otro lugar medianamente protegido de la vía pública, pasan a ser lugares de pernocte de cientos de personas.

¿Y cómo se identifica al recientemente expulsado a la calle? porque aun está apegado a sus cosas, con valijas, mochilas o simples bolsas de residuos de consorcios con sus pertenencias, las que, tal vez como paso previo, lo acompañaban en una pieza de hotelito o en una habitación compartida. La crecientemente expulsiva situación laboral aceleró ese paso de la pobreza a la indigencia.

Si algo agrava el de por sí grave cuadro socio económico, es el intenso y persistente frío de este crudo invierno, como hace años no se daba. En medio de las bajas temperaturas que se registran, el ministerio de Desarrollo de la Comunidad bonaerense asiste a 103 municipios con frazadas y también se están entregando kits de abrigo e higiene personal. Esta iniciativa promueve una serie de acciones impulsadas por la cartera provincial para atender y acompañar a las personas en situación de calle. A los 103 municipios asistidos con más de 63.000 frazadas, se suman los operativos realizados durante los últimos días en, por ejemplo,San Isidro, Vicente López y San Martín.

Estos operativos se complementan con la Red de Centros de Integración provincial para personas en situación de calle, que fue lanzada recientemente. La red cuenta con 32 dispositivos operativos las 24 horas en distintos puntos de la Provincia y busca ampliar el alcance de los Centros de Integración Social (CIS) en todo el territorio, en articulación con las organizaciones sociales.

Los CIS son dispositivos de alojamiento y contención socio-comunitaria que funcionan en coordinación con municipios, organizaciones sociales, entidades de la sociedad civil y religiosas. La Red de Centros tiene como objetivo agruparlos por regiones, promover encuentros periódicos para intercambiar saberes y experiencias, compartir instancias formativas y abordar de manera integral las complejidades de esta problemática social.

También los municipios de la región actúan como malla de asistencia y contención.

Así por ejemplo en Tigre centro, el Refugio Municipal continúa asistiendo a vecinos mayores de 18 años en situación de vulnerabilidad social y/o situación de calle. El espacio está ubicado en Enciso 425, entre Solís y Paso, y ofrece alojamiento, comida, diferentes tipos de actividades y acompañamiento psicológico. El refugio -dependiente de la secretaría de Desarrollo Social y Política de Inclusión del municipio de Tigre- recibe también a mujeres víctimas de violencia de género y funciona los 365 días del año con el objetivo de mejorar la vida de las personas que asisten.
El establecimiento cuenta con 50 camas -una sala exclusiva para mujeres- e incluye desayuno, cena y actividades recreativas, educativas y culturales, como también talleres de oficio, con el objetivo de generar la inserción laboral y el desarrollo profesional. Está disponible de 19 a 7.

El municipio de San Fernando ha dado un paso significativo en la atención a personas sin hogar mediante la implementación de un programa integral que busca brindar apoyo a quienes viven en la vía pública. Este esfuerzo se enmarca en un plan más amplio diseñado para ofrecer una solución efectiva a quienes, ya sea por circunstancias personales o dificultades para acceder a los recursos institucionales, se encuentran en situación de calle. El objetivo principal del programa es proporcionar una atención integral que facilite el acceso a los recursos necesarios para salir de la situación de calle. Para ello, se desarrollan estrategias de acercamiento, comunicación y motivación que buscan no solo identificar a las personas en situación de calle, sino también motivarlas a buscar un cambio en sus circunstancias. Cada intervención se personaliza mediante la elaboración de proyectos individuales que incluyen la tramitación de la documentación básica necesaria para acceder a prestaciones esenciales. El programa también coordina estrechamente con los servicios de salud municipales y provinciales, asegurando que los beneficiarios reciban controles sanitarios, consultas con especialistas y atención de emergencia en la vía pública. Además, se realiza un seguimiento continuo mediante rondas diarias y semanales para detectar y seguir de cerca los casos, actualizando los legajos personales y facilitando las revinculaciones familiares y extra familiares cuando es posible.

Dentro de este marco, se destacan dos subprogramas específicos: el “Operativo Frío Nocturno” y el “Frío Diurno”. Estos subprogramas están diseñados para abordar las necesidades particulares de las personas sin hogar durante las condiciones climáticas adversas. Su objetivo es identificar y localizar los lugares donde estas personas pernoctan, o están durante el día. Los equipos de intervención realizan recorridos por estos sitios para proporcionar asistencia inmediata, que incluye la entrega de insumos como frazadas, alimentos y bebidas calientes. Además, se detectan posibles padecimientos y, cuando es necesario, se coordina la asistencia médica a través del servicio de Ambulancia Municipal. En casos necesarios, se facilita el traslado a refugios, instituciones especializadas o domicilios familiares.

San Isidro ha puesto en marcha una iniciativa crucial para asistir a las personas en situación de calle. Este programa tiene como objetivo brindar refugio y asistencia a quienes más lo necesitan durante las noches más frías del año. Equipos municipales recorren los barrios cada noche para identificar y asistir a las personas en estado de vulnerabilidad. La ayuda comienza con una oferta de traslado a uno de los centros de refugio habilitados: el Campo de Deportes Municipal Nº9, en el Bajo de San Isidro, y el Anexo del Campo de Deportes Nº2, en el Bajo Boulogne. Estos centros no solo proporcionan un lugar seguro para dormir, sino también cena y desayuno, acceso a duchas, y ropa y abrigo adecuados para enfrentar el frío.

La iniciativa se despliega todos los días de la semana, de lunes a domingo, desde las 20 hasta las 8 del día siguiente. Programada para funcionar hasta el 31 de agosto, existe la posibilidad de que se extienda si las condiciones climáticas adversas persisten. Este compromiso constante busca garantizar que nadie pase una noche más a la intemperie sin la protección adecuada. Hasta el momento, el Campo 9 está recibiendo alrededor de 25 personas cada noche, mientras que el anexo del Campo 2 acoge entre 12 y 15 personas. La solidaridad no solo proviene de las autoridades municipales, sino también de los vecinos voluntarios que se suman para servir en los refugios, demostrando el poder de la comunidad unida en tiempos de necesidad.

Para aquellos vecinos que deseen colaborar o conozcan a personas en situación de calle, el municipio ha habilitado una línea de contacto: 11-3151-2936.

Si bien en Vicente López se evidencian algunos casos, por su cercanía con la ciudad de Buenos Aires, ésta actúa como territorio con mayores posibilidades y absorbe muchos de los casos que van apareciendo.

Como ya se ha señalado, la provincia, a través de sus operativos que despliega el ministerio de Desarrollo de la Comunidad, ha llegado el pasado 12 de julio a Vicente López con frazadas y una posta de vacunación antigripal y contra el COVID-19, facilitando así el acceso a estas prestaciones.

A su vez, la municipalidad de Vicente López organiza el “Plan Frío” con el objetivo de dar atención a las personas en situación de calle que puedan estar expuestas a las bajas temperaturas y dificultades del clima.

La iniciativa comenzó el lunes 3 de junio y se extenderá hasta el próximo 1° de septiembre, inclusive, y está impulsada por la secretaría de Desarrollo Social, trabajando en forma conjunta con la secretaría de Salud y organizaciones de la sociedad civil del distrito.

Entre otras acciones, se realiza un relevamiento de las personas en situación de calle; se brinda asistencia alimentaria y abrigo, como viandas y frazadas; y se da asistencia médica y traslado hospitalario en caso de necesitarlo por cuadro de hipotermia u otras afecciones.

Sin duda, las acciones que se despliegan desde Provincia y los municipios, actúan solo como paliativos, a veces insuficientes, a veces salvadores, pero lejos de poder incidir en las políticas que ayuden a erradicar, aunque sea paulatinamente, este flagelo social que es la expulsión del sistema. Y lo peor es que no se avizora, desde los conceptos que rigen al gobierno nacional, la intención de atenderlo. Porque para eso se necesita una sensibilidad y empatía social y humana, de la que carece.

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