Actualidad

La actualidad del pensamiento de José Pablo Feinmann

Se comprende el escándalo que ocasiona la declaración de Perón(“Tengo el honor de ser ciudadano de ese noble país (Paraguay) y ser general del Ejército más glorioso de América”). Insistamos también en la lucidez de Perón en este punto. Lejos de andar con patrioterismos mediocres y pretender defender lo indefendible (la política de Buenos Aires llevada a cabo por el general Mitre, y terminada por Sarmiento), sincera abiertamente. Ese Ejército es el más glorioso porque peleó contra nosotros, los uruguayos (olvidados de Artigas y totalmente digitados por la diplomacia británica) y el Brasil (más digitado aún). Y peleó hasta el último hombre. Y su jefe, el mariscal Francisco Solano López, murió peleando en Cerro Corá, al estilo Salvador Allende, contra el expansionismo de la “civilización occidental”. “Lanusse” escribe Bonasso, “que debía sentirse heredero de Mitre, rechazó el “insulto” al Ejército Argentino en un radiograma a las guarniciones”. Qué tontería se mandó el Cano! Pedirle perdón a las guarniciones por el insulto de Perón, pedirles que toleren ese agravio. Entre tanto, la juventud peronista se reía a más no poder. Todos conocían de sobra la cuestión del Paraguay. Había salido poco tiempo atrás el libro de León Pomer, La guerra al Paraguay, ¡gran negocio! Estaba el excepcional análisis de Milcíades Peña en La era de Mitre: de Caseros a la guerra de la triple infamia. Estaba Proceso a la guerra del Paraguay, de Editorial Caldén, que recopilaba escritos de los “hombres de Paraná” Olegario Andrade, Carlos Guido Spano, Juan Bautista Alberdi, José Hernández en contra de la guerra inicua. Estaban los escritos de Pepe Rosa. Y los del glorioso José Luis Busaniche, que no era revisionista ni marxista, sino un hombre honesto que veía descarnadamente las cosas y condenó con más indignación que nadie esa guerra que ahora Lanusse defendía ante las guarniciones. El escrito de la Comisión de la Revolución Libertadora también. Ese escrito, pensemos sólo esto, era de una torpeza increíble: volvía a decirle a una generación de jóvenes todas las oscuras historias que sus padres o todo el poder del régimen gorila les decía desde 1955 y había hecho de ellos lo que ahora eran. ¿Qué pensaban conseguir repitiendo (a quienes ya estaban hartos de oírlo) todo el credo del gorilismo? Hay una respuesta. La derecha no es inteligente. Todo su discurso se reduce a decir que la desigualdad es justa. Que la igualdad es comunismo o subversión. Que debe haber pocos ricos muy ricos que gobiernen y cada vez más pobres que sean gobernados, que se sometan al poder. Eso es todo. No tiene más ideología. El resto es represión (en sus miles de formas, que incluyen, como bien analiza Foucault, la represión ligada al placer, al entretenimiento), poder mediático y poder militar, que puede estar delegado, como hoy, al Imperio Global que todo sostiene: Estados Unidos. No hay que reflexionar mucho para defender esos valores. No hay que pensar demasiado. Por eso son torpes ideológicamente. Y también por eso recurren tan habitualmente a la violencia.

José Pablo Feinmann

Peronismo. “Filosofía política de una persistencia argentina”.

Tomo II

Editorial Planeta página 42

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