Miércoles negro
Prensa Chica, es un medio que está por cumplir 45 años y que centró su eje informativo en la zona norte del conurbano bonaerense y en los temas de la Provincia que tuviesen impacto en la región. Desde hace un tiempo hemos tenido que ir ampliando esa cobertura, con gran esfuerzo, para entregarle a los lectores aspectos de la política nacional que, también, impactan y fuertemente en la región. Lo que ayer tuvo su origen en los alrededores del Congreso y terminó abarcando una amplia zona de la ciudad de Buenos Aires, tiene que ver con eso. La violencia incontrolable, planificada, intencional, desmedida y salvaje -tirar un gas lacrimógeno directo al cuerpo, y no de manera bombeada como debiera hacerse, lo es- que se vio por parte de las fuerzas de seguridad, alcanzó niveles inesperados y preocupantes. Y eso que muchos padecieron y otros muchos vieron a través de los medios, no debemos verlo a la ligera, pensando que era dirigido a otros.
Ayer fue para quienes quisieron acercarse al Congreso a manifestar. Eso es lo que le molesta al Gobierno. Y por eso dice que no solo eran jubilados. Claro, eran jubilados mas sectores que día a día se van a ir sumando a las protestas, porque tienen sobrados motivos para protestar. Por eso estigmatizan con la complicidad de concretos medios de prensa -TN y LN+- por citar solo a algunos, y redes afines, para decir que los que recibieron gases y palos se los merecían por militantes, barrabravas, kirchneristas, camporistas, hinchas de fútbol, jubilados y así podríamos seguir enumerando. Nada justifica tan tremenda represión, que no es novedad y es inherente a esta gestión de gobierno -es uno de los pilares que la sostiene- lo que asusta y preocupa es que es creciente respecto de anteriores acciones similares.
Lo de ayer, entonces, no debe tomarse como algo que recibieron quienes fueron y le pusieron el cuerpo a la protesta. No. Lo de ayer nos debe traer al recuerdo una cita que se le atribuye al pastor alemán Martin Niemöller: «Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío. Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre«.
Tengamos en claro, y a tiempo, ésto. El gobierno de Milei asume día a día un sesgo cada vez más antidemocrático, fascista, corrupto y violento, embadurnado todo con una pátina de mesianismo peligroso. Cada día que pasa acepta menos el disenso, la opinión contraria y la confrontación de ideas.
Encima, tiene como gestora de estos violentos operativos a Patricia Bullrich, un nefasto personaje que carga sobre sus espaldas varias muertes, sobre las que, de existir una Justicia confiable, ya tendría condenas con cumplimiento efectivo por reincidencia. Ella estaba en el gobierno de De la Rúa que, antes de irse, dejó un tendal de 30 muertes. La responsabilidad y armado del encubrimiento de las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel a manos de Gendarmería y Prefectura respectivamente. Y esto sin contar las que puede cargar por ejecutar, encubrir o ser partícipe necesaria cuando tenía el nombre de guerra «Cali», en el subgrupo Columna Norte comandado por Rodolfo Galimberti de Montoneros.
Escucharla ayer a través de los medios afines justificar el accionar represivo era preocupante, por mostrarse con una endeblez intelectual e informativa inquietante, en alguien que tiene tamaña responsabilidad a nivel país. Y que le preocupaba determinar cuáles habían sido los «barrabravas» (sic) que habían participado en la protesta para aplicarle el derecho de admisión en las canchas de fútbol. Si leyó bien: les va a aplicar derecho de admisión a las canchas, por sumarse a una protesta totalmente justificada que si terminó desmadrada fue por obra y gracia de las fuerzas de seguridad. Nadie que va a estas propuestas quiere aspirar gas pimienta, gases lacrimógenos, palazos. Y si no, veamos lo que fueron las marchas universitarias, la segunda marcha universitaria con participación de militantes y gremialistas, la marcha del Día Internacional de la Mujer. En ninguna hubo problema alguno. Todo fue en paz. Porque las fuerzas de seguridad no intervinieron.
Esto no es nuevo, en la marcha de ayer hay dos sospechosos casos que habrá que investigar, como el de que un agente tira un arma y la patea al cesped de la plaza de los Dos Congresos (está documentado en una filmación). Y el olvido de los agentes de dejar un patrullero con las puertas abiertas y ningún agente cerca, en medio de la marcha (¿en serio?). Claro, el patrullero terminó incendiado. Y no es que uno justifique este hecho, sino solo señalar la provocación como para que se lo haga.
El gobierno está furioso. Claro, cualquiera pensará que con semejante desmadre cualquier gobierno se pondría nervioso. No. Está furioso porque liberaron a los presos arbitrarios. El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, apuntó contra la jueza Karina Andrade por haber liberado a las personas que las fuerzas de seguridad detuvieron frente al Congreso. «Se analizará su actuación ante el Consejo de la Magistratura de CABA por posible incumplimiento de sus funciones», sostuvo el funcionario.
Por la noche, sin que nadie los convoque, solo el espontáneo deseo de mostrar que la ciudadanía está viva, miles de ciudadanos de a pié caminaron cuadras y cuadras caceroleando, haciendo el ruido de la protesta, como diciendo aquí estamos.
Habrá otros miércoles. Que lo vaya sabiendo el gobierno. Y que esta violencia desquiciada no es gratuita. Y que cuando no alcancen las usinas de trolls para tapar el sufrimiento de la gente, otra historia habrá de escribirse.
Foto: La Tecla Patagonia