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Posibles cortes ante la crisis de generación eléctrica

La Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) alertó sobre el impacto que la intensa ola de calor podría tener en la demanda energética del país. Según sus estimaciones, es probable que se alcancen nuevos máximos históricos de consumo y potencia, lo que podría requerir la importación de electricidad desde países vecinos como Chile, Uruguay, Bolivia y Brasil. A pesar de estas medidas, Cammesa no descarta posibles cortes de luz en caso de que las operaciones resulten insuficientes.

Las previsiones indican que entre el 11 y el 17 de enero las temperaturas en la Ciudad de Buenos Aires podrían oscilar entre máximas de 36° y mínimas de 25°, con medias de alrededor de 30°. Las condiciones serán incluso más severas en el centro y norte del país, donde las temperaturas promedio superarán los 32°. En este contexto, el día crítico será el jueves 16 de enero, cuando se espera que la demanda de potencia alcance un pico de 29.662 MW, superando el récord anterior de 29.653 MW registrado el 1 de febrero de 2024.

Según Cammesa, los sistemas de transporte y distribución de energía funcionan actualmente en condiciones normales. Sin embargo, en caso de que la generación interna no sea suficiente para cubrir los picos de demanda, será necesario recurrir a la energía importada. De no poder asegurar el suministro necesario, se anticipan cortes en algunas zonas del país.

Este escenario también pone de relieve decisiones pasadas que han afectado la capacidad de generación eléctrica. A mediados de 2024, Cammesa ya había advertido que el sistema podría enfrentar dificultades para satisfacer la demanda durante el verano, especialmente debido a la suspensión de dos centrales térmicas planificadas por la administración anterior.

Expertos como Walter Martello, exinterventor del ENRE, señalan que la falta de generación es atribuible, en parte, a la salida de Atucha II por tareas de mantenimiento y a la reducción en la producción de las hidroeléctricas debido a la sequía. Sin embargo, subraya que el problema principal radica en la cancelación de proyectos clave y en la disputa interna por el control de los negocios energéticos. “Esto ha generado demoras y decisiones erróneas, como la anulación de contratos para nuevas centrales térmicas”, asegura Martello.

Por su parte, Víctor Bronstein, director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (CEEPYS), considera que la advertencia de Cammesa carece de base sólida. “Con la disminución de la actividad industrial durante el verano, es poco probable que la generación resulte insuficiente. Si hay problemas, la responsabilidad recae en la suspensión de proyectos como las dos centrales térmicas planificadas anteriormente”, argumenta. Además, Bronstein cuestiona los tarifazos y los problemas persistentes en distribución y transporte, sugiriendo que el gobierno busca desviar la atención de las fallas en empresas concesionarias como Edesur y Edenor.

En definitiva, los problemas actuales evidencian una falta de políticas claras y sostenibles para garantizar un suministro energético adecuado. Mientras tanto, las familias trabajadoras son las más afectadas por las deficiencias en el sistema.

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