Distinguen con el premio César Milstein a una vacuna contra la enfermedad de Chagas
En un acto encabezado por la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Ana Franchi, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), Daniel Filmus, el presidente de la Fundación Pablo Cassará, Jorge Cassará, y el investigador del Consejo y director del Instituto de Ciencia y Tecnología “Dr. César Milstein” (ICT, Milstein), Adrián Alberto Vojnov, se entregó el premio y las menciones especiales de la segunda edición del “Premio César Milstein a la Investigación en Biotecnología con Impacto en la Salud”, organizado por el CONICET y la Fundación Pablo Cassará, a través del Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. César Milstein (ICT Milstein, CONICET-Fundación Pablo Cassará).
Este Premio busca dar visibilidad a los resultados de investigaciones que puedan contribuir al desarrollo de productos o procesos en biotecnología y potenciar la articulación público privada en el campo específico de la salud humana. Asimismo, se busca fortalecer la cooperación público privada, la comunicación efectiva y la colaboración multidisciplinaria, así como resaltar la necesidad de políticas públicas que fomenten la investigación y el desarrollo tecnológico para brindar soluciones concretas a la sociedad.
El proyecto premiado se titula “CRUZIVAX. Desarrollo de una vacuna profiláctica y terapéutica contra la enfermedad de Chagas basada en el antígeno quimérico Traspaína y el adyuvante de última generación di-AMP cíclico” y es liderado por el grupo de investigación encabezado por Emilio Malchiodi, científico del CONICET en el Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral “Profesor Ricardo A. Margni” (IDEHU, CONICET-UBA). La propuesta obtuvo como premio tres millones de pesos de financiamiento.
Este proyecto investiga la capacidad de generar una respuesta inmune protectora de una vacuna de administración nasal sin aguja, que incluye una proteína quimérica construida por ingeniería genética con porciones de varios antígenos del parásito, y un adyuvante de última generación. Evaluarán vacunas profilácticas, para prevenir la infección o la enfermedad, y, terapéuticas, para administrar en aquellos que ya han contraído la infección, con el fin modular la respuesta inmune y proteger de la enfermedad. Las vacunas terapéuticas, no sólo serán evaluadas como monoterapia sino también en combinación con una de las drogas parasiticida más utilizadas para el tratamiento de la infección por T. cruzi, el Benznidazol.
A partir de la compleción de este proyecto, se espera desarrollar una estrategia de vacunación profiláctica y otra terapéutica eficaz que permitan proteger de la infección o mejorar la evolución y el pronóstico de individuos que padecen la enfermedad de Chagas.
La presidenta del CONICET Ana Franchi, felicitó y destacó los casi 50 proyectos que se presentaron: “Celebro este premio porque muestra la pujanza de la comunidad científica y lo virtuoso de la colaboración público privada. Estos proyectos son una muestra de la inversión en ciencia y tecnología de muchos años, en la formación de investigadores/as, becarios/as, personal de apoyo y de gestión, en subsidios y en el mantenimiento de los lugares, por ejemplo. Es una inversión muy importante por parte del Estado gracias a las y los argentinos, y es fundamental que esto no se interrumpa. Si regalamos esa inversión de tantos años y no inspiramos a nuevas y nuevos jóvenes que se dedican a la ciencia el futuro va a ser muy complejo. Todos y todas merecemos un país más soberano, justo e inclusivo y esto es impensable sin ciencia y tecnología”.
Por su parte, Jorge Cassará agradeció la confianza del CONICET por apoyar este proyecto. “Para nosotros es muy importante poder mostrar, a través de los diversos proyectos, a la sociedad que la ciencia y la tecnología es muy importante no solamente para el desarrollo de las empresas, sino que implica también un fuerte crecimiento social . Este premio se otorga con el fin de identificar y dar visibilidad a los resultados de las investigaciones y la innovaciones que puedan contribuir al desarrollo de productos o procesos en biotecnología, potenciar la articulación público-privada en el campo específico de la salud humana. Es el trabajo en conjunto lo que puede permitir que avancemos y poder llevar adelante muchos proyectos”.
El ministro Filmus, felicitó a los ganadores de los Premios Milstein y destacó: “En los discursos que me precedieron se plantearon tres temas fundamentales: la importancia de la ciencia, de la articulación público-privada y de la continuidad de las políticas científico-tecnológicas ¿Es necesario a esta altura seguir discutiendo la importancia de la ciencia? Es increíble. Incluso a veces nos vemos obligados a explicar la importancia de la ciencia por el rédito económico. Aquellos que cuestionan las ciencias básicas y las ciencias sociales son los mismos que dicen admirar a aquellos países que son los que más invierten en ciencia y tecnología. Si efectivamente queremos ser como esos países por la capacidad de agregar valor, del grado de desarrollo científico-tecnológico que poseen y por la distribución más equitativa de la riqueza, tenemos que dar la pelea una y otra vez y poner en valor la ciencia”.
A su turno, Adrían Vojnov agradeció a la Fundación Cassará por haber financiado una vez más el Premio César Milstein, y expresó: “Destaco que desde el premio se fomenta la colaboración público privada en el ámbito de salud. En estos años hemos visto esa alianza y el aporte de investigadores e investigadoras del CONICET, inclusive como sucedió en la pandemia que se desarrollaron plataformas que van a perdurar en el tiempo. El sistema científico académico argentino con el CONICET y las universidades nacionales como pilares ofrece oportunidades a personas de diversos orígenes y estratos sociales para acceder a la educación universitaria, que puedan realizar estudios de posgrado y luego, reciban financiamiento para las investigaciones y desarrollos que puedan ser transferidos e incluso dar origen a empresas de base tecnológica. Los resultados de estas políticas demostraron que las inversiones en este tipo de empresas han sido de gran impacto. Espero que estas políticas que han demostrado ser exitosas y beneficiosas para el desarrollo científico tecnológico del país y que dieron lugar a procesos y productos de alto valor agregadp puedan tener continuidad en nuestro país”.
Luego, el representante del proyecto ganador, Emilio Malchiodi, agradeció a los organizadores del premio, a los dos institutos CONICET-UBA donde se desempeñan él y su equipo: el IDEHU y el IMPaM, y expresó: “Agradezco al jurado por premiar a mi grupo de investigación y a mí, este no es un trabajo individual sino el de un gran equipo”. Y sostuvo:”Es clave la investigación básica para este tipo de proyectos y el financiamiento que ha hecho el CONICET, la Agencia I+d+i y la UBA que han sido importantes y sostenidos en el tiempo. La conjunción público privada es clave para el desarrollo de la sociedad en todos sus aspectos, no solamente en salud”.
Menciones
A su vez, recibió la primera mención del Premio César Milstein, el proyecto “Validación de un nuevo blanco molecular y desarrollo de un anticuerpo monoclonal como potencial medicina de precisión para el tratamiento de pacientes con cáncer”. Es liderado por Norberto Zwirner, investigador del CONICET en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-F-IBYME), quién recibió como distinción un financiamiento de dos millones de pesos.
Tras muchos años de investigación, Zwirner en su laboratorio obtuvo un anticuerpo monoclonal contra la molécula MICA con el fin de realizar estudios básicos y desarrollar una herramienta para rastrear la expresión y comportamiento de esta molécula. A medida que pasaron los años, fueron estableciendo que MICA representa un potencial blanco terapéutico en pacientes con cáncer. Recientemente validaron estas ideas realizando estudios en pacientes con cáncer renal y generaron una prueba de principio que demostró el rol terapéutico de los anticuerpos contra MICA. Esto despertó el interés de Zwirner por explorar el potencial terapéutico del anticuerpo monoclonal como futura medicina de precisión para pacientes con cáncer. Los estudios in vitro e in vivo (en modelos preclínicos) realizados confirmaron su hipótesis, permitiendo la validación de MICA como blanco molecular para el tratamiento del cáncer. Su proyecto se ha visto concretado a través de su licenciamiento a la empresa GSK (GlaxoSmithKline) del Reino Unido. Esta licencia constituye el primer anticuerpo monoclonal surgido de un laboratorio de Sudamérica licenciado a una big pharma con el objetivo de optimizar un producto y realizar ensayos clínicos en pacientes con cáncer, lo que podría convertirlo en una nueva medicina de prescripción en el futuro.
La segunda mención del Premio fue para el proyecto “Eje galectina-glicanos como nuevo blanco terapéutico en cáncer: reprogramando el compartimiento mieloide para revertir la resistencia a terapias anti-angiogénicas e inmunoterapias”. El proyecto es liderado por el grupo de investigación de Ada Blidner, investigadora del CONICET en el Laboratorio de Glicomedicina del IBYME, quien obtuvo financiamiento de un millón de pesos.
En el trabajo de Blidner y su equipo descubrieron que Gal1 estimula jerárquicamente tanto la función inmunosupresora como la función pro-angiogénica en las células mieloides supresoras. Cuando estas células se encuentran con Gal1 se vuelven más capaces de ayudar al tumor a crecer, observado en modelos experimentales. Por otro lado, analizando información genética de pacientes con cáncer, observamos que los tumores que expresan mayor cantidad de Gal1 tienen también mayor cantidad y actividad de estas células perjudiciales, teniendo peor pronóstico de vida. Esto llevó al equipo a desarrollar una terapia que bloquea Gal1 la cual ya han probado en modelos experimentales donde demostraron que es capaz de inhibir el crecimiento del tumor y generar células mieloides menos inmunosupresoras y menos proangiogénicas.
En el marco de la segunda edición del Premio se reconoció a actores del sector y grupos de trabajo que permiten que los proyectos avancen hasta las etapas finales y que su impacto sea percibido positivamente por la sociedad, en las categorías: Comunicación: a Daniel Hadad, presidente y fundador de Infobae. Gestión Tecnológica: a Fernando Peirano, presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación. Gestión Pública: a María Belén Bouzas del Hospital de Infecciosas Francisco Javier Muñiz. Gestión en Salud: Analia Mykietuk y Fernanda Alzogaray, y equipo de Investigaciones Clínicas del Instituto Médico Platenseh.