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¿Quién tiene que consultar con un psicólogo, mi hij@ o yo?

Por Orillas, espacio de Psicoanálisis (*)

La pregunta quer da título a este artículo suele ser una pregunta frecuente ante situaciones con los hijos que resultan confusas y angustiantes. Sin embargo, es importante despejar en las primeras entrevistas con padres, si la consulta amerita el comienzo de un tratamiento por parte del niñ@ o más bien una orientación a padres ante el frecuente “¡no sé qué hacer!” que se escucha en éstos.

La orientación a padres no constituye un tratamiento en sí mismo. Se trata de entrevistas con uno o ambos padres que puede orientarlos en cuestiones relativas a la crianza, ayudar a despejar dudas o fantasmas acerca de dificultades en los hijos, o en el vínculo con ellos, poder ubicar qué cuestiones son propias de la edad y cuáles son motivo de una consulta individual.

¿Qué lugar tiene la palabra de los padres hoy? Cada época tiene sus particularidades, y estas producen cambios en la subjetividad. El marketing constante nos empuja a consumir, despertando una avidez por lo nuevo pero a veces sin preguntarnos si realmente queremos eso y sin reparar en que muchas veces lo nuevo… es solo más de lo mismo. La oferta de obtener satisfacción inmediata y sin límites implica desconocer lo imposible. Son cuestiones que nos atraviesan a todos (padres, hij@s) de una u otra forma, y que traen aparejada cierta degradación de la palabra, del pensar, y una subestimación de la imagen. Así, la palabra pierde peso, autoridad.

Cuando la palabra pierde valor o directamente no interviene, lo pulsional queda desregulado abriendo paso a una relación con el otro donde solo hay lugar para uno: es uno o el otro, “soy yo o vos”. Esta falta de distancia con el otro produce agresividad. Si esto ocurre entre padres e hij@s o entre niñ@s, se pierde la diferencia y en el lugar de la palabra irrumpen los gritos, insultos, e inclusive, golpes.

Uno de los motivos de consulta frecuente en la actualidad es en relación a situaciones relativas a la sexualidad en los niños. Freud no retrocedió al hablar de sexualidad infantil hace más de un siglo atrás. Sabemos que los llamados juegos exploratorios son juegos infantiles que apuntan al descubrimiento y conocimiento del cuerpo propio y del semejante. Suelen darse entre niños cercanos en edad, y si bien en sí misma no es una situación patológica, es importante ubicar cómo ha sido vivido por el niño o la niña, si le ha producido angustia, malestar, si ha cambiado su modo de ser habitual. En ocasiones es la lectura desde la mirada adulta lo que puede complejizar la situación. Por eso es importante evaluar quién tiene que hacer la consulta.

Muchas veces llegan padres a la consulta refiriendo angustia por sus hijos, por lo que les sucede a ellos o con ellos, por lo que hacen o dejan de hacer, por las expectativas que no logran cumplir, por lo que dicen otros acerca de sus hijos. Es muy importante ubicar que aquello que angustia es porque toca algo de lo propio, un punto de angustia de los mismos padres. La posibilidad de un análisis puede, también, aliviar el vínculo con los hijos.

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