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Los libros de las vacaciones

La traición de mi lengua, de Camila Sosa Villada (Tusquets). Es un ensayo breve de 87 páginas. Es lo que los anglosajones llamarían “una meditación» sobre el lenguaje y el erotismo, y llega después de Soy una tonta por quererte, Tesis sobre una domesticación, El viaje inútil y el megahit Las malas. Es un paseo por el interior de la escritora, que se muestra sin disfraz, despojada.

Nada es verdad, de Veronica Raimo (Libros del Asteroide). En una divertidísima novela, ganadora del Premio Strega Giovani y que ha causado sensación en Italia, Raimo nos ofrece una precisa radiografía de esa energía paralizante que puede llegar a ser la familia y de la empresa siempre incierta que es convertirse en mujer. Es un extraordinario retrato generacional, feroz e irreverente, sobre vínculos, pérdidas, desastres familiares y la aventura de crecer; una novela que rebosa inteligencia y que nos recuerda el valor siempre terapéutico de la comedia.

Podrías hacer de ésto algo bonito, de Maggie Smith. (Libros del Asteroide). Sobre la base de pequeñas viñetas, pieza a pieza, Smith traza una reflexión llena de empatía y humor sobre la desintegración de un matrimonio, que es también un ajuste de cuentas con la feminidad contemporánea, los roles tradicionales de género y las dinámicas de poder que persisten incluso en las parejas más modernas. Estos fragmentos terminan erigiéndose en un interrogatorio a la familia, el trabajo y el amor. El resultado son estas memorias fragmentarias, una obra de descarnada sinceridad que nos cuenta cómo, tras la pérdida y la rabia, podemos redescubrirnos y hacer de todo ello algo nuevo y bonito.

Mente de alto rendimiento, de Sandra Rossi. (Penguin Libros). Médica deportóloga y directora del Laboratorio de Neurociencias de River Plate, nos invita a entender qué pasa en nuestro cuerpo y en nuestra mente cuando dormimos bien, cuando respiramos de forma consciente, cuando aprendemos a focalizar la atención o cuando tenemos que rendir bajo presión. Une cuerpo, mente y emociones. Nos muestra que un segundo de calma, una respiración bien hecha, un pequeño ajuste en la atención, pueden cambiarlo todo. Que el estrés no siempre es el enemigo, y que bien trabajado puede convertirse en un aliado.

El tiempo más felíz, de Martín Kohan. (Siglo Veintiuno). Las tardes de calor, la siesta de los grandes; vagar por lugares nuevos. Era el tiempo más feliz, el más perfecto: eran los días de las vacaciones en la infancia. ¿Era de veras el tiempo más feliz, era de veras el más perfecto? En su primer libro para chicos, Martín Kohan nos cuenta una aventura de su niñez y un descubrimiento que lo marcó para siempre. Algo que jamás olvidó.

El buen mal, de Samanta Schweblin (Random House). Uno de los éxitos editoriales del año. Relatos magnéticos e irresistibles. En cada uno de los cuentos nos abduce a otra dimensión donde quedamos en contacto íntimo con sus personajes. Encandilados por el fulgor de la inminente tragedia, vulnerables y profundamente humanos, advierten cuánto podría transformarlos la irrupción de lo inesperado. A algunos los dejará de pie frente al dolor, a otros dialogando con la culpa y a todos atravesados por la incertidumbre.

Todo tiene su historia, de Charlie López (Aguilar). Una forma ágil y divertida de descubrir por qué: No se debía pasar la sal de mano en mano, caminar debajo de una escalera, abrir un paraguas bajo techo, romper espejos ni tirar el pan sin antes besarlo, entre otras tantas supers- ticiones, creencias, costumbres y objetos de la vida cotidiana. Una obra que ayuda a comprender quiénes somos y de dónde venimos, con el estilo ameno, didáctico e inconfundible de Charlie López.

La última mamushca, de Vilma Ibarra. (Planeta). Los protagonistas de esta novela emprenden una intrépida búsqueda que los llevará a desenterrar fantasmas de la dictadura, amores clandestinos y viejos pactos de silencio familiares. Como en un juego de muñecas rusas, cada revelación encierra otro misterio aún más oscuro. Con la verdad al alcance de la mano, ellos comprenden que también se encuentran en la mira. ¿Lograrán exponer la trama oculta detrás de los crímenes, o pasarán a ser las próximas víctimas? En su primera novela, Vilma Ibarra construye un mecanismo preciso que demuestra un gran dominio de los recursos del mejor thriller policial. La última mamushka ofrece un elenco de personajes complejos y magnéticos, cuyas historias se entrecruzan en el tiempo y van tejiendo un entramado que mantiene la tensión hasta la última página.

Asesinato en primera clase (Cozy Mystery Juvenil) de Robin Stevens. (Granica). Entretenida literatura juvenil. Una nueva entrega del Club secreto de detectives. Hazel y Daisy emprenden un viaje por Europa a bordo del Orient Express. El padre de Hazel solo les ha puesto una condición: nada de misterios ni de meterse en líos. Pero…una de las pasajeras aparece muerta en su compartimento, el asesino se ha esfumado, igual que el collar de la víctima, y, para colmo, entre los pasajeros de primera clase parece que se esconde un espía. A pesar de la promesa al padre de Hazel, se pondrán en marcha para resol-ver este nuevo caso.

La calle del delito, de Kate London (Motus). Tercer libro de la serie La Torre, que comenzó con Post Mortem. La inspectora Sarah Collins debe investigar el asesinato de un adolescente que fue brutalmente apuñalado en Londres. El crimen esta vinculado a una violenta guerra de bandas, y acude a su ayuda la agente Griffiths para desentrañar la red de crimen y corrupción.

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