San Isidro

San Isidro proyecta recuperar su franja ribereña

La gestión municipal de San Isidro, encabezada por Ramón Lanús, ha puesto su mirada en la recuperación de la franja ribereña del distrito, desatando un conflicto con los sectores gastronómicos y un millonario proyecto inmobiliario que quedó en suspenso. Esta iniciativa también ha reavivado las tensiones con el espacio político del exintendente Gustavo Posse, generando un nuevo frente de batalla en la costa sanisidrense.

En las últimas sesiones del Concejo Deliberante, las discusiones se intensificaron cuando se decidió clausurar temporalmente varios locales gastronómicos en la ribera. Algunos de estos negocios pertenecen a empresarios que se los vincula al possismo, lo que llevó a los concejales opositores a acusar a la administración de Lanús de perseguir a sus allegados y obstaculizar el comercio local.

En contraste, los ediles oficialistas denunciaron que la gestión anterior operaba al margen de la ley, utilizando presiones indebidas para favorecer a ciertos negocios. Señalan que la mayoría de los restaurantes en la zona operaban con habilitaciones precarias. “Descubrimos que el 80% de los locales de San Isidro tenía permisos provisionales. No podemos hacer la vista gorda solo porque el dueño es amigo de alguien”, dijeron.

Fuentes municipales indicaron que varios de estos establecimientos llevaban más de 30 años ocupando terrenos públicos sin haber pagado contraprestación alguna, una acusación que el bloque de Posse desmintió rotundamente. La clausura de estos locales es solo la punta del iceberg de un plan más amplio que busca regularizar la situación comercial en la costa y revalorizar los espacios públicos. “Queremos una costa accesible y disfrutada por todos. La idea es crear un corredor costero con espacios verdes que permitan un acceso público e irrestricto al río”, detallaron voceros oficiales, aunque no precisaron si existe un proyecto concreto para llevarlo a cabo.

Este plan choca frontalmente con Costa Townhouses Al Río, un proyecto inmobiliario aprobado por la gestión anterior que pretendía construir un barrio cerrado en la intersección de las calles Alvear y Sebastián Elcano. Aunque el predio es de propiedad privada, los títulos están bajo revisión, según afirman los bloques opositores al proyecto. Tras el cambio de gobierno, la obra quedó paralizada, a pesar de que ya se habían realizado algunas reservas de unidades. Actualmente, el terreno permanece cercado y en estado de abandono, lo que preocupa a los vecinos.

Mientras que desde el oficialismo señalan que el proyecto de un barrio privado va en contra de todo lo que quieren para la costa, desde el bloque possista destacan que cuando se fueron del gobierno el pasado diciembre, había una prefactibilidad para la realización del proyecto y se habían presentado los titulares de dominio para hacer seis casas tipo dúplex. “Todavía no tenían los planos aprobados, pero sí la prefactibilidad, porque era algo viable de hacer”, señalaron.

Mientras tanto, la administración de Lanús sigue adelante con su objetivo de recuperar la costa para el uso público. “Hoy tenemos una situación compleja, con ocupaciones en terrenos que son de todos. Estamos trabajando para revertir esto y ordenar cada sector de la costa”, explicaron desde el municipio.

La intención es clara: transformar la ribera en un espacio accesible para todos, aunque el camino no estará exento de desafíos, especialmente frente a las concesiones que durante décadas han privatizado el acceso al río.

Desde la agrupación vecinal Costa Abierta, expresaron su preocupación: “La costa de San Isidro está muy privatizada y no se res-peta el camino de sirga que debería ser de uso público. Estos espacios son vitales no solo por su biodiversidad, sino también por su aporte a la calidad de vida de los habitantes”.

Si bien por ahora no pasa de ser solo una intención, sin un proyecto concreto que ponga en claro pasos futuros, desde la gestión municipal señalan que se tenderá a que los terrenos costeros habiliten un acceso público e irrestricto a la costa del Río de la Plata, con zonas de la ribera definidas como parques, equipamientos verdes, reservas ecológicas, entre otras.

Tal vez la gestión Lanús, deberá afrontar un camino de complejas negociaciones con quienes actualmente tienen cercado el acceso al río, como oportunamente llevó adelante Enrique García en Vicente López, cuando encaró la concreción del Paseo de la Costa, un proyecto que si bien hoy es por todos aceptado y disfrutado, tuvo no pocos inconvenientes y costos políticos durante su ejecución.


Será entonces ésta, una buena oportunidad de poner a prueba la muñeca política de Ramón Lanús, así como la de sus concejales e integrantes de su gabinete de gobierno, para hacer llegar a buen puerto las negociaciones. Y también de probar la espalda política para sustentarlas.

Lo cierto es, además, que lo que por ahora son palabras, deberá ser puesto en papel, y evaluar la sustentabilidad financiera para su concreción.

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