Monseñor Caride asumió como obispo de San Isidro
Tras la aceptación del Papa Francisco a la renuncia presentada por monseñor Oscar Vicente Ojea, quien hasta ahora lideraba la diócesis de San Isidro, y de monseñor Guillermo Caride como obispo coadjutor, Caride asumió automáticamente como nuevo obispo de esta diócesis.
El anuncio oficial se realizó simultáneamente desde Roma y Buenos Aires, siendo comunicado en Argentina por el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, a través de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).
La diócesis de San Isidro, que comprende los partidos de San Fernando, San Isidro, Tigre, Vicente López y parte del Delta Bonaerense, cuenta con una población cercana a 1,2 millones de personas, de las cuales el 95% se identifican como católicas. En su estructura se destacan 67 parroquias, 118 sacerdotes residentes, 52 diáconos permanentes, 36 religiosos, 134 religiosas y 123 instituciones educativas.
Un nuevo capítulo en la diócesis
Monseñor Guillermo Caride es el cuarto obispo de San Isidro, sucediendo a monseñor Antonio María Aguirre, primer obispo; monseñor Jorge Casaretto, segundo; y monseñor Oscar Vicente Ojea, tercero. Nacido el 25 de mayo de 1962 en Buenos Aires, Caride fue ordenado sacerdote el 5 de diciembre de 1986 por monseñor Casaretto.
En 2018, fue nombrado obispo auxiliar de San Isidro y, el 22 de febrero de 2024, asumió como obispo coadjutor. A lo largo de su ministerio, ha participado activamente en la Conferencia Episcopal Argentina como miembro de la Comisión Episcopal de Ministerios y como delegado de la Región Pastoral Buenos Aires.
Con su lema episcopal, “Sentir con la Iglesia”, Caride ha destacado por su compromiso con la misión pastoral y su cercanía a la comunidad.
La renuncia de monseñor Ojea
Monseñor Oscar Vicente Ojea dejó su cargo como obispo diocesano tras alcanzar los 75 años, edad establecida por el Código de Derecho Canónico para presentar la renuncia. Había asumido la conducción de la diócesis en 2011, dejando un legado significativo en términos pastorales y comunitarios.
Con este nombramiento, la diócesis de San Isidro inicia una nueva etapa bajo la guía de monseñor Guillermo Caride, quien dará continuidad a los proyectos y desafíos de esta iglesia local, marcada por su compromiso con la educación, la evangelización y el trabajo social.