Escalante: presidente de diálogo y consenso en el HCD de Tigre
En una entrevista exclusiva al presidente del Concejo Deliberante de Tigre, Miguel A. Escalante, cuenta cómo llegó a estar al frente del legislativo tigrense y cómo, a partir de su formación familiar y política, lo siente como una responsabilidad para hacer una gestión de diálogo y consenso, que sea beneficiosa para el vecino de Tigre. Ve un momento crítico, en el que los municipios están siendo ahogados con recortes de ingresos, sin advertir que con su labor, son los contenedores de un estallido social, como resultado de las políticas que implementa el Gobierno nacional.
Lo que es hoy Miguel A. Escalante, presidente del Concejo Deliberante de Tigre, lo cuenta él desde la génesis de su gestión pública, y desde más atrás, de su familia que lo “setió” con los valores y principios que hoy son su basamento como persona.
“Tuve la suerte de que mis padres me dieran una buena educación, por eso pongo énfasis en que mis hijos también la tengan. Creo que cuando uno tiene una buena base, tiene otra mirada. Mis viejos se desvivieron y se deslomaron para que mis dos hermanos y yo tuviéramos todo lo que ellos consideraban que necesitábamos para la vida. Yo era un joven de Tigre centro que en un momento fui convocado por Alejandra Nardi para participar en una reunión y aportar mi vivencia y experiencia como vecino de Tigre centro. Fui a la reunión, me gustó el proyecto y arranqué a participar más activamente”.
– ¿Y cómo fue que se sumó a la gestión, por primera vez?
- Cuando Sergio Massa inicia su gestión tras la elección de 2007, fui convocado para trabajar en el Concejo Deliberante como secretario del bloque. Estuve allí dos años y pasé a la parte de ceremonial y protocolo del Ejecutivo, lo que me fue dando una experiencia muy directa de las distintas áreas de la gestión. Fue un momento de un intenso aprendizaje. Estuve allí hasta que Massa se va como diputado y asume Julio Zamora. Allí me hago cargo del área de Ceremonial y Protocolo, hasta que me designan como de-legado de Nuevo Delta.
-Un nombramiento más operativo que lo ponía de cara directo con el vecino.
- Ser delegado te lleva a estar todo el día con la gente, con el vecino, escuchando lo que le pasa. Pero a su vez estando preparado para dar respuesta a esos reclamos, para lo cual uno debe saber desde cuándo y cómo se poda un árbol, cómo se destapa un sumidero, tenés que saber de mareas, hasta dónde llega el agua. Todo. Sos como un mini intendente, con una labor muy intensa. Después paso como delegado de Tigre centro, a partir de mi experiencia de vida en el lugar, porque en esa función tenés que saber mucho de clima, y conocer la sudestada, algo que yo aprendí desde chico. Mi viejo decía a la noche “mmm…viene la sudestada”, y a la mañana la sudestada estaba.
–Esta alta exposición ante el vecino habrá sido un intenso aprendizaje.
- Sí, me ayudó mucho a conocer la gestión, desde tener que administrar tu propio presupuesto, a saber establecer prioridades y saber escuchar los reclamos vecinales.
–¿Cuál fue su primer cargo electivo?
- -Éste. El año pasado me proponen ir como segundo candidato en la lista de concejales, lo que de por sí fue una verdadera sorpresa para mí, y encima, tras la elección me dicen lo de ser presidente del Cuerpo.
-¿Y cómo lo tomó?
- En lo personal fue algo muy lindo. Julio y Pedro me dieron un lugar impensado, porque yo siempre laburé y tuve entrega en la gestión, pero nunca por un cargo. A mi me gusta lo que hago. Los cargos me los tomo así, metiéndole cabeza, entrega, gestión.
– Y no hubo descanso, porque venían de una interna y campaña muy dura e intensa.
- Sí, se trabajó mucho y tuvo momentos muy complicados. Y en esos momentos siempre tuve presente lo que mi vieja me decía, que era que si salía, saliera por la puerta, nunca por la ventana. En su visión simple pero sabia me estaba dando las herramientas para saber cómo tenía que proceder en instancias que fueron muy duras para mi familia y para mí. Lamentablemente mi vieja ya no estaba cuando asumí.
–¿Y cómo fue asumir por primera vez como concejal y, encima, presidente del HCD?
- Yo estoy acá porque soy un tipo de consenso. Yo estoy acá porque puedo dialogar, puedo charlar, puedo escuchar. Eso le está faltando a la política, pero es lo que caracteriza a la gestión de Julio Zamora. Una gestión que se abre para enriquecerse. Y con esa idea estoy yo acá. Es lo que me propuse y es lo que me pidieron, para que la gestión sea buena, a partir del aporte de todos. Acá cualquier bancada puede presentar un proyecto que va a ser debatido, enriquecido y si es positivo para Tigre, aprobado, sin importar nada más que el interés común.
–El gobierno comunal tiene mayoría en el HCD y se suele pensar que en esos casos el Cuerpo actúa como la llamada “escribanía” del Ejecutivo.
- No es el caso de Tigre. Acá todo lo que llega para ser debatido, sin importar desde dónde llega, es debatido y enriquecido. Eso es lo que quiere el vecino; concejales que trabajen para resolver los requerimientos de la gente. Y eso se logra con diálogo y consenso.
–¿Con nueve meses de gestión, que evaluación puede hacer de lo hecho?
- Puedo decir que el HCD de Tigre está abierto a la comunidad, que es armónico, y cuando se tiene armonía se gestiona diferente. Es lo que Julio Zamora está haciendo con su gestión. Dialoga, escucha y enriquece su gestión. Por qué no puede dialogar con Manes, con Schiaretti, con Randazzo o con Larreta, si eso termina haciéndole un aporte positivo a su gestión. Eso no implica que no haya diferencias, pero de eso se trata la política, lograr la síntesis de puntos de vista diferentes. Acá hay diferencias entre las distintas bancadas, un montón de diferencias, pero hay que trabajar en todo lo que sea bueno para la comunidad.
–¿Cómo ve el momento del país desde una gestión afectada por las políticas que implementa el gobierno nacional?
- Hay una intención manifiesta de asfixiar a los municipios, que no entiendo. Los municipios hoy se han hecho cargo de un montón de temas que hacen al día a día de la gente, en salud, educación, seguridad. Pero si los asfixian no pueden hacer magia. Ahora no quieren que el alumbrado público esté en la factura de la luz. Hasta las prestatarias prefieren eso por el nivel de cobrabilidad, en cambio si se factura aparte, la gente no va a poder pagarlo y cuál va a ser la consecuencia: calles oscuras y crecimiento de la inseguridad. Un país no se gobierna solamente con intentar bajar la inflación. No es destrozo todo, no me importa nada, solo me fijo en los números. No es así. Para mí, no va a estar fácil. La gente empieza a estar al límite. Es un programa macabro y encima ahora ahogan a los municipios que están conteniendo el estallido social.