Florencio Randazzo pasó por Vicente López y dejó definiciones políticas
El exministro y precandidato de Provincias Unidas pasó por el cuartel de Bomberos Voluntarios del partido, cuestionó la gestión de Milei, pidió voto útil para vencer el “sistema binario” y reclamó mayor responsabilidad institucional frente a escándalos políticos.
Florencio Randazzo protagonizó una parada de campaña en Vicente López que combinó recorrida territorial, encuentro con vecinos y una conferencia de prensa en el cuartel de Bomberos Voluntarios. Acompañado por dirigentes locales como la presidenta del comité local de la UCR, María Pía Zorzoli, el concejal Daniel Szurek, el dirigente radical Alejandro «Totito» González y por el intendente de Tigre, Julio Zamora, el exministro buscó capitalizar el descontento social y perfilar a Provincias Unidas como la alternativa capaz de quebrar la polarización entre libertarios y kirchnerismo.
“Hay bronca y desencanto con el gobierno de Milei”, sintetizó Randazzo ante los cronistas, y a partir de esa constatación lanzó su principal eje: la necesidad de romper el “sistema binario” que, dijo, deja al país entre dos opciones que profundizan la agresión política y ahogan cualquier posibilidad de acuerdos prácticos para gobernar. El mensaje fue claro: su espacio quiere aparecer como la vía de escape para quienes no se sienten representados ni por el actual gobierno de extrema derecha ni por las alternativas opositoras que alimentan la grieta.

En su intervención, Randazzo mezcló críticas a la gestión nacional con propuestas concretas: reclamó políticas que apunten a la estabilidad económica -mencionando la necesidad de debatir normas que frenen la pérdida del poder adquisitivo- y defendió una mayor presencia del Estado en servicios esenciales, mientras insistía en la urgencia de recomponer la confianza institucional. El candidato subrayó, además, la importancia de la participación electoral: “Lo peor que podemos hacer es no ir a votar”, dijo, intentando transformar el malestar social en movilización hacia las urnas.
En tal sentido se mostró conforme con el sistema de boleta única, a la que considera como una interesante opción al momento de votar, por su sencillez y por dejar atrás las viejas prácticas de ocultar boletas de los cuartos oscuros. «Hoy el sistema es mucho más transparente y uno tiene en una sola boleta todas las opciones«.
La conferencia no esquivó temas candentes: Randazzo cuestionó la actitud de dirigentes que —según su lectura— eluden pronunciarse ante escándalos. En particular se refirió al caso que involucra a José Luis Espert y criticó la falta de definiciones públicas de referentes del espacio libertario, citando como ejemplo la postura de Diego Santilli ante la controversia. “Es preocupante que Santilli no pueda pronunciarse”, afirmó, en una observación que busca señalar contradicciones en la posición de la centroderecha.
El acto tuvo, además, una dimensión política local: la recepción en el cuartel y las fotos de campaña junto a referentes radicales del distrito buscan ampliar la base electoral de Randazzo en el conurbano norte, un territorio clave en la disputa bonaerense. La estrategia quedó explícita: combinar crítica al Gobierno nacional con presencia territorial y acuerdos tácticos con referentes locales para disputar votos en octubre.
En clave electoral, Randazzo intentó marcar la cancha: planteó que la fragmentación y la polarización no sólo empeoran la gobernabilidad, sino que profundizan problemas concretos —inflación, pérdida de trabajo, desprotección social— que atraviesan a amplios sectores. Su discurso buscó posicionarlo como una alternativa “moderada” pero con sello propio, capaz de disputar el voto de los desencantados sin caer en los extremos.
La visita a Vicente López, además, sirve para tensar la campaña en la recta final hacia las elecciones del 26 de octubre: Randazzo no sólo se muestra activo en territorio, sino que intenta instalar un relato donde su fuerza emerge como bisagra posible frente a la polaridad que domina la escena nacional. Quedan por verse los efectos de ese posicionamiento en una campaña marcada por la volatilidad política y por la búsqueda de cada espacio por captar el voto indeciso.