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Axel Kicillof hizo un profundo análisis del resultado electoral

La contundente victoria de Fuerza Patria en la provincia de Buenos Aires, consumada el domingo, tuvo continuidad en los medios: el gobernador Axel Kicillof dio entrevistas a Radio Con Vos y a C5N en las que leyó el mapa político que quedó tras las urnas y desplegó una fuerte crítica al gobierno nacional y a los actores financieros que, según dijo, marcan hoy el rumbo económico del país.

Desde la calma tensa del bunker provincial, Kicillof definió el resultado como un castigo del electorado bonaerense a las políticas del presidente Javier Milei. “Habló contundentemente el pueblo bonaerense y nos tiene que orientar para seguir trabajando”, dijo el gobernador, y subrayó que en 104 municipios la fuerza que él integra superó a La Libertad Avanza, un piso territorial que, a su juicio, exhibe el rechazo social a la gestión nacional.

Más allá del festejo, Kicillof eligió disputar la interpretación del escenario: no se limitó a celebrar el triunfo, sino que lo puso en clave de diagnóstico. Denunció un “plan de primarización” de la economía —una inserción productiva centrada en la exportación de materias primas sin agregado local— y advirtió que esa orientación profundizaría la dependencia y la pérdida de valor agregado en el país. Para el gobernador, el proyecto económico en marcha apunta a recrear una matriz agroexportadora de otra época, con claras consecuencias sociales y laborales.

El eje central de las críticas fue, sin embargo, la relación entre el gobierno y los grandes actores financieros y el Fondo Monetario Internacional. Kicillof sostuvo que el FMI juega un papel de “responsabilidad” en la administración nacional y recordó las discusiones sobre la ampliación del financiamiento externo, un punto que, dijo, garantiza y sostendrá negocios financieros cuya principal lógica es la rentabilidad especulativa —la conocida “bicicleta” o carry trade—, mientras que la economía real y los salarios siguen siendo sacrificados.

El gobernador no se detuvo en la condena retórica: advirtió que las decisiones que se toman por decreto y el gobierno “por vetos” no son sostenibles en una república que, según su lectura, requiere consenso y responsabilidad institucional. A su entender, la reciente dinámica de intervención en el mercado de cambios —con bandas, intervenciones del Tesoro y una suba pronunciada de las tasas de interés— responde a una lógica financiera que busca anclar expectativas en favor de operadores y no del crecimiento con empleo. Esa tensión entre medidas de mercado y costos sociales se visualizó además en la reacción de los mercados, que desde distintos centros financieros registraron movimientos abruptos tras el comicio bonaerense.

En un pasaje de la entrevista puso énfasis en el impacto que, según su mirada, las políticas nacionales vienen generando sobre la vida cotidiana de los bonaerenses: “Lo que no estaban viendo es que acá en la provincia lo único que trajo Milei es daño. No hay sector ni región que no haya sido víctima de sus políticas”, dijo, y describió a su vez al gobierno como “en permanente descomposición y muy inestable”, comandado en los hechos por intereses económicos que trascienden el sillón presidencial.

Mirando hacia adelante, el gobernador llamó a traducir el triunfo del domingo en mayor militancia y movilización de voto de cara a octubre: “Hicimos una elección fabulosa, históricamente importante… De cara a octubre, hay que redoblar esfuerzos, hay que militar más el voto”, sostuvo, y dejó en claro que para su espacio la disputa no termina con las urnas recientes, sino que debe inscribirse en una estrategia electoral y política que proyecte una alternativa de poder hacia 2027.

El discurso de Kicillof combina, entonces, lectura política (interpretar el batacazo como castigo popular), diagnóstico económico (alerta por la primarización y la financiarización) y llamado a la acción territorial (fortalecer el trabajo político de aquí a octubre). La apuesta es clara: convertir la victoria provincial en impulso para reconstruir una narrativa opositora que ponga en el centro la defensa del empleo, las jubilaciones y la producción nacional frente al modelo que, según el gobernador, privilegia negocios financieros y concesiones al capital transnacional.

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