¿El radicalismo bonaerense al borde de la fractura?
“Así como estamos va a haber interna.” Así de contundente es la evaluación dentro del radicalismo bonaerense alineado con Facundo Manes. La definición refleja un creciente malestar con la dirección del partido, especialmente en torno a la candidatura de Miguel Fernández para presidir el Comité Provincia, que según los críticos no contó con consenso previo con el actual presidente Maximiliano Abad. Esta falta de acuerdo deja a la unidad radical en una posición de utopía, al menos en el corto plazo.
“La unidad por la unidad en sí misma no es un valor”, argumenta un legislador cercano a Manes. Su objeción no se centra tanto en Fernández, el candidato del espacio Adelante Buenos Aires, sino en la falta de apertura del oficialismo para debatir el rumbo del radicalismo en los últimos años. Desde el manesismo, se señala que el único plenario reciente de la UCR Provincia, tras las elecciones de 2023, fue únicamente para anunciar los comicios del 6 de octubre, sin abordar una discusión sustancial sobre el futuro del partido.
A falta de consenso, se trabaja en una propuesta para construir una mayoría, pero desde el entorno de Manes aseguran que Abad no tiene suficiente respaldo. “Presentó un candidato para el 30 por ciento del radicalismo bonaerense”, sostienen. En contraste, en el bando de Abad se considera a Fernández como el candidato que representaría una transición en la sucesión del actual liderazgo.
La discordia también se extiende entre los intendentes radicales. El Foro de Intendentes Radicales, presidido anteriormente por Fernández, ha manifestado su deseo de ser considerado en las decisiones partidarias, algo que hasta ahora no se ha concretado. Un crítico de Abad señala que el oficialismo ha fracasado en mejorar al partido y que las críticas se centran en el cierre de listas y los resultados de 2023, así como en la decisión de consensuar con el PRO de Patricia Bullrich, una estrategia que, según muchos, resultó en una derrota en las urnas y dejó al radicalismo sin candidatos propios destacados.
En cuanto a la postura frente al Gobierno nacional, los seguidores de Manes son firmes opositores tanto a Javier Milei como a Axel Kicillof. A diferencia de algunos sectores dentro del Comité Provincia, que ven al kirchnerismo como el principal adversario, Manes y sus seguidores consideran que el actual gobierno de Milei representa una amenaza que debe ser enfrentada con firmeza.
Cuando se les pregunta sobre la posible candidatura de Miguel Ángel Lunghi para presidir la UCR bonaerense, la respuesta es clara: “No”. Lunghi, aunque ha recibido diferentes ofrecimientos, prefiere apoyar la renovación de los dirigentes. Esto no implica un acuerdo con la idea de unidad, sino una visión de apertura a la interna, como lo ha demostrado en su trayectoria en la quinta sección electoral.
Los críticos de la unidad en el radicalismo argumentan que la colaboración con Bullrich fue un error, con resultados desalentadores en las elecciones y una reducción en el número de representantes radicales. Un legislador de Manes sintetiza la situación: “Hoy tenemos menos diputados provinciales, menos intendentes, menos concejales y ni siquiera candidatos a intendente en las ciudades cabeceras de la provincia de Buenos Aires”.
A pesar de su postura combativa y crítica del actual gobierno, Manes aún enfrenta desafíos significativos para consolidar su liderazgo en el radicalismo bonaerense. La percepción de su estilo como personalista y la resistencia de algunos jefes comunales podrían dificultar su objetivo de liderar un proyecto amplio y cohesionado. La encrucijada del radicalismo bonaerense se presenta así como un escenario de tensiones internas y redefiniciones estratégicas, con la unidad en cuestión y el futuro del partido en juego.