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Editorial: En llamas

Córdoba está en llamas, y esto ya no sorprende. Como en tantas otras regiones del país este año, el fuego avanza sin tregua, devorando campos y hogares, forzando la evacuación de cientos de personas. Sin embargo, este desastre no es un evento fortuito ni impredecible. Es el resultado directo de una combinación de factores: el cambio climático, la irresponsabilidad humana y, en gran medida, la inacción de un gobierno nacional que elige mirar hacia otro lado.

Mientras los incendios se multiplican, el gobierno nacional ha decidido no adherir al Pacto del Futuro de la ONU, un acuerdo clave que plantea soluciones conjuntas para problemas urgentes como el cambio climático. Esto no es un simple desacuerdo diplomático, es un mensaje claro: la agenda ambiental no les importa. En un contexto mundial que exige respuestas coordinadas frente a la crisis climática, Argentina queda rezagada, optando por ignorar desafíos globales como la inteligencia artificial, el crecimiento de la desigualdad y, claro, la devastación ambiental.

El fuego en Córdoba no es una simple consecuencia de incendios “accidentales” o “negligentes”. Aunque estos factores existen, no se puede obviar que las altas temperaturas, la sequía prolongada y el calentamiento global intensifican el problema. A esto se suman la falta de control territorial, las quemas ilegales y la especulación inmobiliaria.

Pero lo más grave es la falta de recursos: el presupuesto nacional para enfrentar incendios se redujo en casi un 44% respecto al año anterior. ¿Cómo combatir el fuego cuando no hay fondos para prevenir ni mitigar el daño?

Entre enero y julio de este año se registraron 1.425 incendios forestales en todo el país, más del doble que en el mismo periodo de 2023. Y a pesar de ello, las autoridades siguen minimizando la gravedad de la situación. Es evidente que para este gobierno, las personas y el medio ambiente importan menos que el costo económico de actuar. Las más de 16.000 hectáreas destruidas por el fuego en Córdoba son solo números para quienes prefieren no gastar un peso más en soluciones preventivas.

Pero cuidado: los incendios forestales pueden ser solo el comienzo de otro tipo de incendios. La desesperación de la gente y el abandono, pueden llevar a una crisis aún mayor si no se toman medidas urgentes.

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