Denuncian “cientificidio” del Gobierno libertario
El director nacional del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Ariel Pereda, no ahorró críticas al ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, luego de que este anunciara su intención de reformular profundamente el organismo. Para Pereda, se trata de una operación sistemática contra la ciencia y la soberanía tecnológica del país, que forma parte del ajuste brutal que el gobierno nacional aplica sobre el aparato estatal.
«Lo que dice el ministro son falsedades. El INTA ya viene achicándose hace más de un año. Perdimos mil trabajadores. No estamos creciendo ni sobredimensionados, como quieren hacer creer«, afirmó Pereda en declaraciones radiales. Según explicó, lejos de ser una estructura inflada, el INTA cuenta con un directorio en el que predominan representantes del sector productivo agropecuario, lo que ha garantizado históricamente su orientación práctica y su eficiencia.
Sin embargo, el Gobierno no solo busca rediseñar el organismo desde lo discursivo. Según denunció Pereda, el plan oficial incluye modificar la composición del directorio para colocar allí figuras afines al Poder Ejecutivo, y avanzar además en la liquidación de tierras públicas bajo gestión del INTA. Se trata de más de 100.000 hectáreas distribuidas en todo el país, utilizadas para experimentación y desarrollo agropecuario, que podrían pasar a manos privadas si se concreta el vaciamiento.
Pereda, que además de dirigir el INTA es investigador del CONICET, expresó su indignación por el deterioro general de la ciencia y la tecnología en Argentina. “Estamos ante un verdadero cientificidio. Escuchaba a compañeros del Garrahan, del CONICET… los sueldos son indignos, la desinversión es total. Hay un desprecio profundo por el conocimiento”, advirtió.
La ofensiva sobre el INTA no es un hecho aislado. Se inscribe en una política más amplia que apuesta por la desregulación, la reducción del Estado y la subordinación del país a los intereses de grandes corporaciones, especialmente del agronegocio y el capital financiero. En este esquema, los organismos técnicos, científicos y de planificación resultan incómodos: representan proyectos de desarrollo autónomo que obstaculizan la lógica de un país reducido a proveedor de materias primas para potencias extranjeras.
“El objetivo de fondo es claro: desmontar cualquier capacidad nacional de pensar y producir conocimiento propio”, alertó Pereda. Y señaló que detrás de estas decisiones está el verdadero poder: “las cámaras empresariales, los monopolios y los lobbies que gobiernan desde las sombras, priorizando sus ganancias por encima de las necesidades del pueblo argentino”.
Ante este panorama, Pereda llamó a trabajadores y trabajadoras a organizarse para defender lo que queda del Estado y construir alternativas desde abajo. “La única salida posible es colectiva. Tenemos que asumir que somos nosotros quienes debemos dar las respuestas, desde nuestras demandas concretas, frente a un modelo que solo busca el saqueo y el empobrecimiento”.