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El CONICET investiga tratamientos del dolor crónico en la vejez

Un equipo de investigación del CONICET ha alcanzado un importante avance en el tratamiento del dolor crónico en adultos mayores, mediante el descubrimiento de un nuevo blanco terapéutico que podría revolucionar la manera en que se aborda esta afección. El estudio, dirigido por Cristian Acosta, investigador del Laboratorio de Estudios Neurobiológicos del Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM, CONICET-UNCUYO) -foto de apertura-, y publicado en la revista especializada Inflammation Research, revela la prometedora posibilidad de inhibir una proteína específica para aliviar el dolor crónico en la vejez.

El dolor crónico en adultos mayores es una problemática compleja y frecuente, caracterizada por una alta tasa de fracaso en los tratamientos convencionales y la aparición de efectos adversos. Según comenta Acosta, “En el cincuenta por ciento de los pacientes que tienen más de sesenta años las terapias disponibles hoy para tratar el dolor fracasan”. Esto evidencia la necesidad urgente de encontrar alternativas más efectivas y seguras para abordar este problema.

El equipo de investigación se enfocó en analizar el papel de las proteínas Nav1.8 y ASIC3, relacionadas con el dolor crónico, y descubrió que su expresión cambia con la edad, lo que podría explicar por qué ciertos tratamientos funcionan de manera diferente en animales jóvenes y envejecidos. Estas proteínas controlan la excitabilidad de las neuronas asociadas con la detección de estímulos nocivos, siendo fundamentales en la percepción del dolor.

A través de un modelo preclínico en ratas hembras de laboratorio, el equipo demostró que la inhibición de estas proteínas resultó efectiva para aliviar el dolor crónico en ambos grupos, pero de manera más notable en los animales de edad avanzada. Esto sugiere que la inhibición de ASIC3 podría representar una alternativa más eficaz para el tratamiento del dolor crónico en la vejez que los fármacos antiinflamatorios tradicionales.

El estudio proporciona una nueva evidencia preclínica sobre la importancia de identificar y actuar sobre proteínas específicas que se expresan de manera diferencial en diferentes grupos de edad. “Ese es un target que no está explorado hoy en día”, destaca Acosta, subrayando la relevancia de este hallazgo para el desarrollo de nuevas terapias.

El equipo de investigación planea continuar explorando nuevos blancos terapéuticos y demostrar la efectividad de tratamientos específicos para abordar el dolor crónico en adultos mayores. Este descubrimiento abre nuevas perspectivas en el campo de la neurociencia y la medicina, ofreciendo esperanza para millones de personas que sufren esta condición debilitante.

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