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Kicillof denuncia intentos de LLA de sabotear las elecciones

A menos de treinta días de los comicios de medio término en la Provincia de Buenos Aires, el gobernador Axel Kicillof salió a poner en palabras lo que desde hace semanas circula en los pasillos del peronismo: la campaña que impulsa La Libertad Avanza —y que cuenta con el respaldo explícito del presidente Javier Milei— no es sólo propaganda sino un intento deliberado por condicionar el resultado electoral mediante desinformación y operaciones de desgaste político. Kicillof calificó la ofensiva mediática como una “campaña roñosa” y fue tajante con el Presidente: lo acusó de montar maniobras para intentar revertir un escenario electoral adverso.

El episodio más reciente que encendió las alarmas fue la circulación de noticias y piezas audiovisuales manipuladas que atribuyen al gobierno provincial decisiones que no tomó, como la masiva reconversión de los lugares de votación. El propio mandatario aclaró que la variación en los centros de votación no fue una determinación del Ejecutivo bonaerense sino una resolución de la Justicia Federal, y cuestionó la instrumentalización de esa información para sembrar desconfianza entre el electorado.

A ese repertorio de tácticas se le suman los deepfakes y la viralización de material editado por cuentas y voceros oficialistas: según múltiples reportes, el aparato digital libertario volvió a difundir un video manipulado con el objetivo de perjudicar la imagen de Kicillof y movilizar el voto bronca. La utilización de inteligencia artificial para fabricar imágenes y sonidos forma ya parte de la caja de herramientas de la campaña que quiere desplazar al peronismo en territorio bonaerense.

La denuncia no se agota en lo mediático: Kicillof también puso sobre la mesa episodios que hablan de un intento de injerencia sobre las fuerzas de seguridad. En julio el gobierno provincial reveló la existencia de una red que, según la denuncia, habría sido articulada por Maximiliano Bondarenko —ex policía y hoy referente de LLA— y en la que intervenían decenas de efectivos con el presunto propósito de recolectar información y desestabilizar el interior de la fuerza. Aquella investigación abrió un frente judicial y político que todavía suma repercusiones.

Las tensiones no se limitan al plano doméstico. Desde Washington llegaron declaraciones que encendieron la controversia: Peter Lamelas, designado por la administración estadounidense, expresó ante el Senado norteamericano posiciones que muchos interpretaron como apoyo explícito a la vocación electoral de Milei y como una advertencia sobre la persistencia de fuerzas kirchneristas y peronistas que deben “vigilarse”. Esas palabras fueron interpretadas por dirigentes locales como una intromisión diplomática en la pulseada política argentina.

Detrás de estas maniobras, insiste la lectura crítica del oficialismo opositor, estaría la necesidad de los grandes grupos económicos y de los sectores afines al Gobierno de blindar un programa económico que, según sus adversarios, apunta a acelerar la primarización de la economía y un proceso de transferencia de recursos que empobrece al trabajo. Desde el peronismo advierten que la estrategia del oficialismo combina proscripciones simbólicas, campañas de desprestigio y operaciones de desmovilización ciudadana para minimizar el castigo en las urnas.

En ese marco, la disputa bonaerense se presenta como una pulseada que excede lo local: es, para el peronismo, la defensa de su capacidad de representar a los trabajadores del conurbano —el corazón electoral de la provincia— frente a un gobierno que ya demostró capacidad para operar en múltiples frentes, desde lo comunicacional hasta lo judicial y lo diplomático.

La convocatoria a poner luz sobre estas operaciones —y a responder con la movilización política y social— será la respuesta que el espacio que encabeza Kicillof espera convertir en voto. La provincia entra en un tramo de alta conflictividad política donde cada noticia, cada video y cada intervención externa amplifican la sensación de que las reglas de la contienda se están redefiniendo en plena campaña.

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