La yerba secándose al sol; bajó su consumo en 2024
Cuando la suerte que es grela
Fallando y fallando, te largue para’o
Cuando estés bien en la vía
Sin rumbo, desespera’o
Cuando no tengas ni fe
Ni yerba de ayer secándose al sol.
Con estas frases comenzaba Enrique Santos Discépolo su tango «Yira», haciendo una descripción de la mishiadura extrema, cuando al mundo nada le importa. Un aguafuerte que podemos trasladar a la realidad que vastos sectores hoy viven en la Argentina libertaria, en el que muchos están «buscando ese mango que te haga morfar».
Que en el país haya bajado el consumo de yerba, de alguna manera está hablando de una realidad que muestra aristas cada vez más alarmante, y que día a día se evidencian en estadísticas preocupantes. Que en 2024 se hayan vendido 25 millones menos de yerba que en 2023.
El sector yerbatero atraviesa momentos complejos. Durante 2024, las ventas en el mercado interno sufrieron una baja significativa, mientras que las exportaciones mostraron un leve repunte. Según el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en los primeros 11 meses de 2024, el consumo interno cayó casi un 10% en comparación con el mismo período del año anterior, lo que equivale a 25 millones de kilos menos, marcando el nivel más bajo desde 2016. En contraste, las exportaciones crecieron un 13%, aunque esto no logró compensar la retracción global de más de 20 millones de kilos respecto a 2023.
A pesar de una cosecha récord impulsada por condiciones climáticas favorables y la entrada en producción de nuevos yerbales de alta densidad, los productores enfrentan una situación alarmante. La decisión del gobierno de eliminar los precios mínimos para la hoja verde y la yerba canchada, sumado a la acefalía del INYM por más de un año, ha llevado a una caída del precio pagado a los pequeños y medianos productores. En algunas regiones de Misiones, el valor de la hoja verde llegó a desplomarse a 180 pesos por kilo, dejando a miles de chacareros en una posición insostenible frente a los crecientes costos de producción.
La situación es particularmente grave para los más de 12.000 productores, quienes ven peligrar sus tierras. Muchos temen que la falta de rentabilidad los obligue a vender, permitiendo que grandes conglomerados sigan concentrando la propiedad. Esta tensión llevó a que, en diciembre pasado, los productores de San Pedro realizaran cortes de ruta para presionar por un paro en la cosecha de verano. Sin embargo, en otras áreas de la provincia, los yerbateros optaron por llevar a cabo la “zafriña” con el objetivo de cubrir sus gastos básicos.
El futuro del sector yerbatero depende de soluciones urgentes. Los chacareros exigen políticas que estabilicen los precios y garanticen condiciones más equitativas para evitar el avance de los grandes capitales sobre las tierras de los pequeños productores.