Profesionales del Garrahan enfrentan el ajuste del Gobierno
La tensión en el Hospital Garrahan no cede. Mientras el gobierno nacional persiste en su política de vaciamiento del sistema público de salud, los trabajadores del principal centro pediátrico del país intensifican sus acciones gremiales en defensa de sus condiciones laborales y del derecho a la salud de la infancia. Lejos de amedrentarse ante el hostigamiento oficial, médicos, técnicos, pasantes, enfermeros y personal de limpieza construyen unidad en la lucha, con la solidaridad como pilar fundamental y una demanda concreta: salarios dignos y condiciones de trabajo acordes a la responsabilidad que implica su tarea.
El conflicto escaló tras la reciente movilización a Plaza de Mayo, donde los médicos de planta, acompañados por técnicos y personal de enfermería, visibilizaron la falta de respuestas por parte del Ejecutivo. La asamblea realizada tras la protesta resolvió profundizar las medidas con un nuevo paro de 48 horas para el mañana y el miércoles. “Lo más lamentable es que no hubo propuestas concretas”, denunció Belén, trabajadora del hospital, al señalar la actitud evasiva del gobierno. La situación, lejos de encaminarse hacia una solución, se agrava ante la indiferencia de las autoridades.
La falta de sensibilidad por parte del poder político no sólo impacta en los trabajadores, sino también en los pacientes, en su mayoría niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Así lo expresó la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que hizo público su respaldo al reclamo del personal de salud. En un comunicado firmado por el presidente de la CEA, monseñor Marcelo Colombo, y el secretario general, Raúl Pizarro, la institución eclesiástica manifestó su “perplejidad” ante el abandono del Estado. “¿Qué tipo de sociedad somos si no cuidamos a quienes dedican su vida a proteger la vida?”, cuestionaron los prelados.
En ese mismo sentido se pronunció Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos del Garrahan (APyT), quien convocó a una gran marcha para el próximo 11 de junio. “Tenemos que comprometer a toda la sociedad en esta pelea”, afirmó. También destacó la adhesión de los “franqueros”, un sector históricamente relegado, que se sumará al paro como muestra de unidad ante la ofensiva gubernamental.
En el trasfondo del conflicto se percibe una estrategia sistemática de desarticulación de las estructuras colectivas, impulsada por sectores de poder económico que ven en la organización popular un obstáculo a sus intereses. En este contexto, los trabajadores del Garrahan se plantan como ejemplo de resistencia, rechazando la resignación e impulsando la organización desde abajo, incluso entre quienes sufren mayores formas de precarización, como los pasantes, blanco frecuente de maltrato laboral.
Mientras los funcionarios ensayan discursos vacíos y evaden el problema, el hospital se mantiene gracias al compromiso de quienes sostienen día a día el funcionamiento de sus servicios: desde los médicos y médicas hasta quienes garantizan la limpieza y el orden del lugar. La defensa de la salud pública se transforma, una vez más, en una trinchera contra el desinterés estatal y en una causa que interpela a toda la sociedad.