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Pros y contras de la exposición de los niños a las pantallas

Los dispositivos electrónicos, como celulares, computadoras y tablets, han pasado de ser herramientas de ocio y aprendizaje a compañeros constantes en la vida diaria, especialmente para las infancias. Su utilidad en momentos como vacaciones, traslados en auto o esperas en consultorios médicos ha sido innegable, y durante la pandemia del COVID-19, se convirtieron en un medio fundamental para sostener procesos de enseñanza y socialización. Sin embargo, su uso cotidiano plantea un dilema difícil de resolver: ¿qué tan recomendable es utilizar tecnología y pantallas en edades tempranas?

La psicóloga Olga Peralta, psicóloga del CONICET, especializada en la interacción entre adultos y niños mediada por imágenes impresas y digitales, sostiene que la tecnología es parte de la cultura actual de las infancias. Aunque las recomendaciones de diversos organismos de salud, como la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Argentina de Pediatría, sugieren limitar el uso de pantallas en niños menores de 2 años, Peralta subraya la importancia de enseñar y guiar a las infancias para que se apropien de la tecnología de manera constructiva.

Un estudio realizado por Peralta junto a otras científicas indagó en las actividades de los niños con dispositivos móviles durante la pandemia. Encontraron que la mayoría los utiliza para mirar videos y jugar. Destacaron la necesidad de supervisar la calidad del contenido y el contexto en que se emplean estas herramientas, subrayando la guía adulta como clave para regular el acceso y evitar la exposición a contenidos inapropiados.

Señala Peralta: “A partir de los 24 meses, se recomienda que los niños pequeños usen la pantalla acompañados por algún adulto. No hay pantalla interactiva que suplante la interacción entre seres humanos. Está ampliamente demostrado que el uso educativo de las pantallas tan en boga, que es muy bueno, no suplanta lo analógico o a los materiales concretos, sino que viene a complementarlos. En síntesis, el desarrollo y la apropiación de tecnologías es un proceso en permanente construcción, que requiere de constantes actualizaciones”

El médico Sergio Terrasa, junto a un equipo de investigación, llevó adelante un estudio cualitativo sobre la exposición a pantallas en niños y adolescentes. Entrevistaron a profesionales de la salud y descubrieron que la percepción sobre las pantallas se está volviendo más neutral, reconociendo algunos beneficios asociados a la conectividad durante la pandemia. Aunque la evidencia científica es limitada, sugieren adoptar una postura más flexible en las recomendaciones sobre el uso de pantallas.

El médico del CONICET repara, no obstante, en la brecha que se está haciendo cada vez más profunda, entre las infancias que tienen acceso a la tecnología y quienes no. “Por un lado, están quienes tienen acceso acceso a los dispositivos, que hasta pueden convertirse en adolescentes desarrolladores de aplicaciones, y los que no, que se da sobre todo en países con sociedades muy empobrecidas. Y otra brecha que también se está viendo es la que depende del momento histórico del nacimiento y la crianza de la persona. Hoy en día, los niños nacidos luego de 2010 están tan hiperconectados desde el nacimiento que las tecnologías de comunicación se convierten en un nuevo estilo de vida. No solo son independientes al generar sus identidades digitales sino que además esperan que sus necesidades y preferencias sean tenidas en cuenta. Es muy probable que se vayan desarrollando como personas mucho más ´visuales´ ya que los videojuegos impulsarán dichas destrezas, mejorando la coordinación ojos-manos y la capacidad de cambiar de tarea con facilidad”, concluye Terrasa.

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