Hace 62 años asumía la presidencia Arturo Illia
El médico que honró la política con honestidad y austeridad
Arturo Umberto Illia Francesconi nació el 4 de agosto de 1900 en Pergamino, provincia de Buenos Aires. Médico de profesión y dirigente de la Unión Cívica Radical del Pueblo, fue presidente de la Nación entre el 12 de octubre de 1963 y el 28 de junio de 1966, acompañado por Carlos Humberto Perette como vicepresidente. Antes había sido senador por Córdoba (1936-1940), vicegobernador de esa provincia junto a Santiago H. del Castillo (1940-1943) y diputado nacional (1948-1952).
Su compromiso con la democracia lo llevó a presentarse como candidato a gobernador de Córdoba en 1951 y nuevamente en 1962, pero la intervención federal anuló aquellas elecciones. Como presidente, impulsó un gobierno que se destacó por su ética, su respeto a las instituciones y un profundo sentido social. Anuló los contratos petroleros firmados con empresas extranjeras, promovió la explotación estatal de los recursos estratégicos, fortaleció la industria nacional y destinó el 23% del presupuesto nacional a la educación, el porcentaje más alto en la historia argentina. Bajo su gestión, el PBI creció, el desempleo bajó, se redujo la deuda externa y se sancionaron leyes fundamentales como el Salario Mínimo, Vital y Móvil y la Ley de Medicamentos.
Antes de su carrera política, Illia había conocido a Hipólito Yrigoyen durante el servicio militar, cuando integró el 3° Escuadrón de Granaderos a Caballo, escolta presidencial. Tras graduarse de médico en 1927, Yrigoyen le propuso trabajar como médico ferroviario. Así se instaló en Cruz del Eje, Córdoba, donde ejerció su profesión durante más de tres décadas.
Hombre de vida sencilla y conducta ejemplar, al ser derrocado en 1966 rechazó un vehículo oficial y se retiró en taxi. Sin teléfono propio, atendía llamadas en un negocio vecino y se trasladaba en colectivo. Al asumir la presidencia, su patrimonio era modesto: una casa —regalo de sus pacientes—, un auto y un pequeño plazo fijo. Al dejar el cargo, sus bienes se limitaban a su vivienda, algunas prendas y efectos personales. Vendió su auto y utilizó sus ahorros para afrontar los gastos de la enfermedad de su esposa, negándose a usar fondos del Estado.
Arturo Illia falleció el 18 de enero de 1983, a los 82 años, en Córdoba. Su figura permanece como un símbolo de decencia, humildad y compromiso con el bien común.