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¿Por qué no hay avances sobre el cáncer de páncreas?

En los últimos años, la investigación sobre el cáncer de páncreas ha enfrentado desafíos significativos, lo que ha obstaculizado la obtención de avances significativos en su tratamiento. Este tipo de cáncer, conocido por su agresividad y alta tasa de mortalidad, presenta una serie de características que dificultan su abordaje.

En primer lugar, la detección temprana del cáncer de páncreas sigue siendo un desafío crucial. A menudo, los síntomas no se manifiestan hasta etapas avanzadas, cuando el cáncer ya se ha diseminado, limitando las opciones de tratamiento efectivas. La falta de métodos de detección precisos ha sido un obstáculo clave para el desarrollo de estrategias terapéuticas más efectivas.

Además, la heterogeneidad del cáncer de páncreas complica la identificación de objetivos terapéuticos específicos. Las características genéticas y moleculares variables entre los pacientes dificultan la creación de enfoques terapéuticos uniformes. Esta diversidad molecular ha dificultado el diseño de tratamientos personalizados que puedan abordar eficazmente la complejidad de la enfermedad.

Otro factor limitante ha sido la falta de financiamiento suficiente para la investigación específica sobre el cáncer de páncreas. A menudo eclipsado por otras formas de cáncer con tasas de prevalencia más altas, el cáncer de páncreas ha recibido menos atención y recursos. El limitado respaldo financiero ha frenado la capacidad de llevar a cabo estudios clínicos de gran envergadura y la exploración de nuevas terapias.

Las barreras en la comunicación y colaboración entre la comunidad científica también han contribuido a la falta de progresos. La investigación sobre el cáncer de páncreas requiere esfuerzos coordinados entre científicos, instituciones médicas y la industria farmacéutica, y la falta de intercambio de información ha ralentizado el proceso de desarrollo y aplicación de nuevas terapias.

Por eso revistió una significativa importancia el primer Workshop en Cáncer de Páncreas franco- argentino, que se realizó en el Centro Cultural de la Ciencia (C3). El mismo fue organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICET) y el Centro de Investigación en Cancerología de Marsella (CRCM) de Francia con el objetivo de fortalecer vínculos para la investigación en Adenocarcinoma Ductal Pancreático (PDAC, por sus siglas en inglés).

Durante su desarrollo, la vicepresidenta de Asuntos Científicos del Consejo, Claudia Capurro, expresó:

La presentación por parte del Centro de Investigación en Cancerología de Marsella, estuvo a cargo de Juan Iovanna, director adjunto del CRCM, quien hizo foco en las razones por las que es necesario construir un Programa Binacional para la investigación en cáncer de páncreas:

Por estas razones, explicó Iovanna, se plantearon una serie de objetivos principales para el funcionamiento del Centro Franco-argentino de Investigación en Cáncer de Páncreas, ellas son: promover la investigación básica traslacional preclínica y clínica, incorporar la bioinformática como herramienta imprescindible para el avance del conocimiento, formar de recursos humanos-incluyendo estudiantes de pregrado para estimular su acercamiento a la disciplina y de posgrado- y consolidar la formación de especialistas de alto nivel. El Dr Iovanna destacó la necesidad de desarrollar ensayos clínicos en asociación con la industria farmacéutica, de contribuir a impulsar de políticas públicas que prioricen este tipo de investigación y propuso la creación de un observatorio que permita conocer a los pacientes para orientar políticas de salud pública a nivel nacional.

El encuentro significó una esperanzadora acción superadora que revierta la ausencia de avances significativos en los últimos años en la lucha contra el cáncer de páncreas, que como ya señalamos, se atribuye a una combinación de factores, como la dificultad en la detección temprana, la heterogeneidad molecular, la falta de financiamiento suficiente y la necesidad de una mayor colaboración entre los actores involucrados. Superar estos desafíos requerirá un enfoque integral que involucre a la comunidad científica, a los pacientes y a los responsables políticos para impulsar la investigación y mejorar las perspectivas de tratamiento.

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